Ayer oí que los momentos son únicos e irreemplazables y que el segundo exacto que te brinda la vida para decir "te quiero" a la persona adecuada a veces sólo ocurre una vez y cuando pierdes esa oportunidad puede que hayas perdido también la oportunidad de ser feliz, de encontrar a tu media naranja, de tener una relación estable y duradera... aunque a veces esa misma oportunidad te puede llevar a complicar una amistad o incluso a perderla, porque no todo el mundo al que quieres siente lo mismo por ti. Y ese miedo irremediable que te hace plantearte mil y una veces si esa persona también te quiere es lo que te lleva a decidir que no vas a arriesgarte, no quieres perderle aunque lo que podrías ganar sería mejor de lo que tienes, porque cómo reaccionará él si le dices que le quieres, qué dirá, qué pensará... Y en el caso remoto de que te dijera que siente lo mismo, cuando se acabe, ¿lo perderás? Complicaciones, una tras otra. Quizá no estáis hechos el uno para el otro, quizá no es el tipo de chico que te conviene, estáis muy lejos, no tenéis las mismas ideas, a su madre no le gustas...
Realmente puedes poner todas las excusas que quieras, puedes plantear todas sus posibles reacciones, puedes pensar que es una idealización, puedes hablar de ello con tus amigas a ver qué opinan y pensar que están locas cuando te dicen que creen que él también te quiere, puedes reírte a carcajadas cuando te dicen que haríais una pareja estupenda... pero no puedes negar ni hacer nada para impedir esa sonrisa absurda, los latidos acelerados cada vez que piensas en él, la felicidad plena cuando le hablas y los estallidos de alegría cuando le ves, así como las lágrimas de tristeza y el sentimiento de abandono y vacío cada vez que se va y tienes que decir adiós. Quizá no es como pareja, quizá no es amor romántico o sexual, pero le quieres mucho, quizá es la persona a la que más quieres después de tu madre y por eso mismo sabes que él puede hacerte más daño que cualquier otra persona. Ése y sólo ése, es tu miedo, él tiene un poder sobre ti que nadie tiene y decirle: te quiero, será ponerte en sus manos.
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