Nuestras huellas dactilares no se borran de las vidas que tocamos.
En cualquier otro momento de mi vida lo tomaría como algo romántico, como algo realmente bonito y representativo de mi vida, de todas las personas que han hecho grandes cosas por mí, de todas las sonrisas y alegrías que me han dado. Hoy no. Hoy sólo puedo pensar que me encantaría borrar todo exactamente todo lo que tiene que ver con él, incluso los buenos recuerdos -aunque son pocos- porque solo hacen que aumentar el dolor que me provoca esta situación, sólo me recfuerdan día a día las pocas veces que fui feliz con él y lo poco que importó. Joder, ni siquiera puedo ver a las niñas cogidas de la mano de sus papis en el metro o por la calle y evitar que se me llenen los ojos de lágrimas, no puedo evitar rechinar los dientes y tener que dejar el tema cuando sale en libros o películas la maldita frase: papá, te quiero. ¡Joder! ¿Tan díficil era darme un padre normal, una infancia normal? Joder vaya mierda de vida.
sábado, 5 de noviembre de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
SOBRE EL CONTENIDO
No se permite la reproducción total o parcial y en ningún soporte y para fines comerciales, de ninguno de los textos de esta página, sin que medie la autorización del autor. Los textos de esta página son para uso personal de su autor, y en caso de que terceros los utilizaran total o parcialmente en cualquier publicación venal (bien virtual o por cualquier otro medio presente o futuro) se citará siempre la autoría y la fuente original, creando si fuere posible, un vínculo a la misma.Todo el contenido literario de este blog, salvo indicación expresa que se haga, es propiedad de Neus Cámara Gutiérrez.2009.
No hay comentarios:
Publicar un comentario