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Hoy, me sentí menos que nadie, me sentí menos que nada. Adjunté esta foto porque en parte me sacó una media sonrisa en unos días que están siendo un infierno. En estas horas me acuerdo de una de las películas que más me llenaron a lo largo de mi vida, - 7 almas -. Hace poco tuve la suerte de compartirla con mis mejores amigos en una de esas noches inolvidables en que cada segundo vale millones, y muchas frases me recuerdan mi vida y mis miedos. Lloré, como siempre, y sin querer encontré similitudes con mi vida que en frío jamás encontraría... igualmente me acuerdo siempre de ella, enferma del corazón, que considera que no se merece el transplante porque su vida es "insignificante en todos los sentidos". Tim, el protagonista, responde que para él el termino insignificante "sería muy ambicioso para mí". Hoy, gracias a la persona a la que debería llamar "padre" me sentí igual. Parece que no importa que ya no esté en casa, no importa que esté lejos, sigue aquí, atormentándome, atormentándonos... veo la tristeza y el dolor en los ojos de mi madre, veo su preocupación y sus miedos y es como si me estuvieran apuñalando, como si pudiera sentirlo en mi piel. No se cansa nunca, jamás, no razona, ni contesta, ni entiende... sólo piensa y vive para él, para su felicidad y amargura de los demás. Estoy cansada de sufrir y vivir llorando, estoy cansada de sentirme una mierda y tener miedo, de no poder respirar tranquila... Sólo quiero vivir en paz, tranquila. ¿Tan difícil es?
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