Nunca

Nunca estamos preparados para la muerte de nuestros seres queridos. Nunca es tiempo para despedirse, siempre falta tiempo, siempre queda algo por decir, algo por hacer, por preguntar... No nos preparan para decir adiós, aunque por ley de vida lo normal es que antes o después tengamos que ver morir a nuestros padres, abuelos y familiares mayores. Aunque a veces la ley de vida es cruel y nos arrebata antes de tiempo a personas demasiado importantes para nosotros, que nos acaban por romper la vida y nada vuelve a ser igual.

Demasiadas veces pienso en las personas que ya no están y que nunca volverán, y en el tiempo que me queda con las personas más importantes de mi vida. ¿Años, meses? ¿Cuándo se irán, cuando me dejarán? ¿Será repentino, inesperado? ¿Podré despedirme? No sé, es demasiado difícil, sólo sé que nunca voy a estar preparada para decirle adiós a mi mami, a mi pequeña y regordeta mami, que es tan blandita y tan buena, y que siempre me cuida y me quiere como a nadie en este mundo. Sé que mi vida estará vacía cuando no esté y me da pánico pensar en el momento en que ella deje de estar aquí, ¿qué voy a hacer yo sin ella? Dios... por favor, que pasen muchos muchos muchos años hasta que ella tenga que irse. Por favor.