Eso quizá, me ha llevado a ser así, a veces igual intransigente, a veces demasiado dura, en ocasiones rozando la hipocresía o la mentira, y en demasiadas ocasiones mostrando sólo una pequeña parte de quien soy, escondiendo demasiadas cosas, callando demasiadas palabras. Hay que tener en cuenta que en la vida las cosas una vez hechas no vuelven, y puede que algo incoherente y absurdo para ti signifique un mundo para otra persona.
Hay que madurar, ser mayores de una vez y tomar conciencia de nuestra vida y de nuestros actos. Cada uno ya es mayorcito para saber qué está haciendo con su vida, qué piensa, qué quiere ser y qué quiere que los demás piensen de él. Estoy orgullosa de ser quien soy, de morderme la lengua, de tener mis convicciones y mis pensamientos... y sólo me arrepiento de haberle hecho daño a personas que quiero por ser una jodida egoísta.
Si pensáramos dos veces antes de hablar y de acturar, la vida sería muy diferente.
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