Creo que si mataría por salvar una vida, es más, creo que prácticamente cualquier persona sería capaz de matar en una situación extrema (otros en cambio, son capaces de matar en cualquier situación). El mundo es como una trampa, una especie de camino de obstáculos que parece que te va poniendo trabas para que antes o después acabes cayendo. Y cuando las oportunidades se pierden, y esa capa negra como el petróleo se lleva aquello que más quieres o te daña dónde más duele; ese pequeño monstruo inofensivo que alberga el fondo de tu alma empieza a coger consistencia, a correr con rapidez y empezar a ganar terreno. Todo lo peor de ti aflora con fuerza, el odio, la rabia, la ira... y empiezan a corroerte, a dominarte, te sientes más fuerte, más grande, aunque por dentro estés destrozado, aunque quieras morirte y sientes que ni el peor golpe sería capaz de tumbarte porque ya no puedes sentir más dolor.
Sí, claro que sería capaz de matar para salvar una vida. Quizá no para salvar mi vida, pero es muy posible que lo hiciera.
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