A veces, me obligo a pensar que hay alguien perfecto esperando por mí, alguien a quien mi atracción por la cama y dormir le parezca adorable, alguien que me mire y piense que soy la chica más hermosa que jamás ha visto, alguien que crea que soy divertida incluso cuando no lo pretendo y que bajo ese mal carácter hay una niña asustada que tiene problemas. Me obligo a pensar que ese alguien me hará feliz, que me dirá todos los días que soy lo mejor que le ha pasado y compartirá su vida conmigo, tendremos hijos, una gran familia, cumpliremos nuestros sueños. Sonrió asustada y me pregunto que ¿por qué no? ¿Por qué yo no me merezco esa felicidad? Intento sonreír y buscar respuestas optimistas pero la mayoría de las veces no lo consigo.

Mi madre se merecía un final feliz y a cada paso el dolor fue a peor, ¿y si tengo la misma mala suerte? O peor, ¿y si él tenía razón? A veces por las noches, cuando ya no queda nada más que mis pensamientos y yo, me planteo mil cosas y sin quererlo lo pienso ¿si ni mi padre me quería, porqué me querría un extraño? Y tengo muchas ganas de llorar en silencio. Muchas veces esa pequeña niña insegura me representa más de lo que yo misma me imagino, y cuando por la mañana me planto mi imagen y camino hacia adelante, llevo los trozos conmigo, así nunca se curan mis heridas. Supongo que me da miedo reconocer que sigo llorando en silencio por las noches y que necesito un abrazo o una tontería cariñosa, me da miedo abrirme y que otra vez gente a la que quiero me haga daño, sé que es ley de vida pero no quiero seguir llorando. Bastante tengo ya con aceptar que él no me quiere y que nunca me querrá, que no tengo padre y que eso es un hecho, aunque me cueste la vida aceptarlo. Alguien abrió hoy la caja de pandora y siento que no puedo parar de llorar... es como si en días específicos me desplomara de repente y se abrieran las heridas que creía cerradas. No me gusta estar así.