Me gustas

Me gustas. No quería que me gustaras. No fue premeditado, ni siquiera lo vi venir. La última vez que alguien me gustó, terminé enamorándome. Sin remedio. Y cuando se acabó, fue devastador. Me sentí vacía. Tanto que llegué a dudar si alguna vez sería capaz de querer a alguien de nuevo. Y en medio de todo ese dolor te conocí. Aún recuerdo la primera vez que me hiciste sonreír. Las conversaciones por twitter. Las bromas, las tomaduras de pelo, tus "idiota"... Y como adiviné a lo tonto que también eras tauro. Han pasado meses desde entonces. Y sin pensarlo, ni querer, has calado hondo bajo mi piel. Lo reconozco: me gustas. Me gusta tu carácter y tu sentido del humor. Me gusta que seas inteligente y que luches por lo que quieres. Me gusta que tengamos cosas en común y diferencias abismales. Me gusta tu voz. Me gusta que seas tú mismo. Me gusta que desconozca tantas cosas de ti, y a la vez lo odio. Como odio que me contestes con monosílabos, que me dejes en visto, que te pases días sin decir nada y no te importe. No me gusta sentirme así. Sé perfectamente que no tengo derecho. No somos nada. No soy nadie en tu vida. Y que me moleste eso me asusta como el infierno. Yo no quería meterme en esto. Al principio eran todo bromas y buen rollo. Entonces tú me hiciste hueco y me achuchaste, y yo me perdí. Y desde entonces sigo esperando volver a ese hueco, a tu lado y que me abraces. Pero no digo nada, ya ni pregunto, porque me da pánico que me digas que ya no hay sitio. Que alguien ocupó ese lugar y por eso ya no tienes tiempo para hablar conmigo. Y no quiero oírlo, ni leerlo. Me hacías sentir segura, y ahora odio mirar una pantalla y pensar que ya no importa. Odio despertarme tras soñar contigo y volver a la realidad. Yo no quería esto. No quería, pero me gustas. Quizá demasiado.