viernes, 31 de diciembre de 2010

Y si mañana te veo y te toco, dejo que me beses, que me acaricies, que me desees... ¿qué pasaría? ¿Qué sería de nosotros? Vivir la experiencia Dios sabe que me apetece, que llevo deseando esto casi desde antes de nacer, pero ¿y luego? Voy a ser yo la que luego sueñe por la noche con esa tarde, con ese beso... y seré yo la que tonta y sola, llore desconsolada porque no hay más, porque no puedes darme todo lo que yo quiero, porque lo quiero TODO, ¿entiendes? Quiero las tardes llenas de deseo, las caricias, los besos, las frases obscenas, las miradas, los mensajes subidos de tono, nuestras largas conversaciones a altas horas de la noche, las risas, las verdades, esa confianza... pero también quiero flores, pasión, amor del bueno, una fecha que celebrar, las comidas en familia, pasear por la calle, poder decirle a todos cuanto te quiero, las fotos en un álbum, las discusiones, las reconciliaciones, los bombones... Lo quiero TODO de ti y tanto tú como yo sabemos que no vas a dármelo, que no te la vas a jugar por mí... y aunque me muero de ganas por sentir tus labios en mi piel, puede que esta sea la última, que ya no haya nada más o que aprenda de una vez y sólo sea un juego, porque no quiero volver a soñar castillos y cuentos con un príncipe que sólo existe en el reflejo de mi espejo.

Como la vida misma

Las cosas pueden hacerse de muchas maneras, de miles de maneras, y según quien las haga o quien opine la perspectiva cambia mucho. Yo no soy perfecta, nunca lo fui, cualquier acercamiento a esa palabra dista mucho de mí misma, pero intento ser yo misma, ser quién soy de pies a cabeza y me da la sensación de que cuando más lo consigo es cuando menos soy capaz de congeniar con mi madre y algunas de las personas que más quiero. Entiendo, como todos, que hay muchas maneras de ver la vida y que de cada palabra hay mil interpretaciones, al igual que de hechos o miradas, pero en lugar de juzgar o malpensar, ¿tanto cuesta preguntar? ¿Hablar? Es muy fácil opinar sobre todo sin dar posibilidad al otro para explicarse o responder, demasiado fácil. Yo jamás oculté mi personalidad, jamás negué lo que soy y lo que pienso, sé que no todo puede gustarle a todo el mundo, que tengo miles o millones de defectos y que puedo ser incluso cargante, pesada o muchas otras cosas, pero soy así, tal cual, y quienes me conocen lo saben. Saben lo blanco y lo negro, al igual que yo conozco sus límites y lagunas, ellos conocen los míos, pero esa es la amistad y el cariño real, aquel en el que a pesar de conocer tanto lo bueno como lo malo, la balanza está equilibrada y lo que recibes es mucho mejor de lo que pueda molestarte, ¿o no? Al menos yo siempre pensé eso, pero últimamente no lo tengo claro. Ahora parece que rechistarle a los demás lo que molesta de la peor manera, así como opinar de todo cuanto se hace o se es sin medir mínimamente las palabras es ser amigo. Resulta que podemos pedir a todos cuanto nos plazca sin dar. Resulta que querer no es ayudar, comprender, disfrutar y conocer a la persona, sino eludir problemas, contestar lo que se quiere escuchar en lugar de la verdad o lo que necesita oír y por encima de todo, poner buena cara y hacer reír. ¡No! Yo no seré perfecta pero soy real. Puede que moleste mi manera de ser, puede que a veces la cague, que me equivoque, que no sepa opinar, que mienta, que sea irresponsable, tardona... pero les quiero como son, los acepto así, con todas sus cosas, y les doy todo lo que tengo a cambio de su amistad, que para mí no tiene precio, nada vale más que eso. ¿Y eso es malo, es perjudicial? ¿Acaso no es eso lo que realmente todos buscamos? A veces creo que nací con alguna tara o algo así porque hay cosas de la vida que cada día entiendo menos.

domingo, 26 de diciembre de 2010

Camila - Mientes

r e c u e r d o s '

No importa si es una canción, una película, una familia por la calle o un comentario, siempre pasa igual, siempre acabo llorando, acordándome de tantas cosa y preguntándome por qué. Siempre. Hace ya más de un año que se fue, que no está en casa, pero no me importa, sigo igual que hace meses, muchos meses, intentando comprender por qué me tocó a mí, ¿qué hice mal? Sé que no hay respuesta para eso, que simplemente me tocó y que no va a cambiar nada buscar culpables o autocompadecerme, lo sé, pero no puedo evitar romper a llorar cuando suceden cosas como éstas. Yo también desearía tener esa sonrisa en la cara, conseguir esa confianza, reír hasta que me duela la tripa, pedir consejo, oír un te quiero sincero o pensar en él con verdadera gratitud, con cariño, con dulzura y amor, pero no es así. Yo no es que no tenga padre, lo malo es que está ahí pero no es un padre, y eso no soy capaz de superarlo. Oigo mi canción, mi querida "mientes" y no soy capaz de aguantar tres palabras sin romper a llorar, y veo esa película y oigo la frases y se me vuelve a apretar el estómago, vuelven a mí los fantasmas de siempre y duele en el alma, pero es así, no se puede remediar. Yo también querría ese papá de cuento, soñado, que cuida de ti y te mima, está ahí siempre... pero no lo tengo, y nunca lo tendré. Debería bastarme con mis amigos, mi vida, mi increíble madre y mi espléndida familia, pero no me basta, nadie llena ese vacío que tengo ahí, nadie consigue quitarme esas lágrimas, no consigo llenarme y eso me frustra aun más. No querría darle esa importancia, porque no se la merece, pero parece que no tengo remedio, sigo esperando a que todo sea un sueño y me levante teniendo lo único que siempre he deseado de todo corazón: el padre que jamás me tocó. Daría muchas cosas por conseguir llenar ese vacío, pero todos sabemos que eso, no es posible.

jueves, 23 de diciembre de 2010

Jencarlos Canela 'Amor Quedate'



Mataría porque alguien sintiera algo parecido por mí...

Lola - Masoquismo

él

¿Qué se hace cuando el amor de tu vida te dice todo aquello que siempre quisiste oír y tú, en lugar de sentir mariposas en el estómago y una enorme alegría, te sientes al borde de un precipicio y te ahoga hasta el aire? ¿Qué hago? Por un lado claro que me alegra, quiero correr de alegría, besarle, dejarme querer... pero por otro, no lo tengo nada claro. Ahora ya nada es como antes, mi vida es diferente, ambos somos diferentes... no sé qué voy a sentir estando con él a solas, ni si quiero que sea esa persona única en mi vida. Sus palabras ya no són suficientes y lo sé, el hablar es importante pero no lo único y en este momento me siento perdida, confundida. ¿Qué hago? Una parte de mi cabeza me dice que me lance a la piscina, que juegue por una vez y que sobre la marcha vea qué pasa, cómo pueden ir las cosas, que no me rinda antes de empezar, aunque no sea un cuento de hadas puede que sea bueno para mí. Pero otra parte, no quiere seguir con esto, no quiere volver a lo de siempre, demasiado ha durado ya. Quiere pasar página de una vez y mirar hacia otro lado, conocer a otras personas y enamorarme de nuevo, aunque cueste, aunque sea doloroso, pero el tiempo de estar con él pasó. Igualmente, mi corazón no sabe que hacer, cuando hablo con él me siento feliz, tranquila, pero luego al pensar, nada me cuadra, nada tiene sentido y soy demasiado lógica como para que eso me encaje. ¡Por dios! Desearía ser menos complicada, ser menos yo... sea como fuere, no puedo mentir, de algún modo aún le quiero como nunca quise a nadie, quizá debería darle una oportunidad, darnos una oportunidad. No lo sé, necesito tiempo.

lunes, 20 de diciembre de 2010

El cruce de miradas rompió mi mundo. Esos ojos miraron mucho más adentro de lo que yo hubiera querido, tan adentro que me asusté. Sabía que él tendría muchas preguntas, muchísimas y me daban miedo las respuestas. Por un lado sabía que debía decirlas, que debía contestarlas, eso me haría bien, me reconfortaría contarle mi verdadero yo, mi verdadera historia. Por otro, en cambio, me daba un miedo atroz, abrirme así a alguien era apostar demasiado, si la jugada iba mal me arriesgaba a quedar totalmente expuesta y a llorar, de nuevo. Él igualmente insistía, con esa mirada dulce y cálida, con besos en mis mejillas, abrazos y mucha ternura. Me ablandaba, me cuidaba como nunca antes me había cuidado y no pude resistirlo, lloré, lloré como hacía mucho tiempo que no lloraba. Él preguntó: "¿Qué ocurre mi vida?" Y no hizo falta nada más, no pude esperar más, me lancé a la piscina sin saber si había agua y respondí todo aquello que quiso saber sobre mí, absolutamente todo. Tenía miedo, ya no sólo porque era la primera vez que me sinceraba de esa manera, sino por el hecho de que alguna de aquellas confesiones le hiciera replantearse nuestra relación, pero no pasó nada de eso. Él me dejó hablar tranquilamente, dándome un beso en la frente de vez en cuando o acariciando mi hombro, para relajarme. Y sólo cuando acabé, con todas mis mejillas mojadas por las lágrimas, el habló. No importan las palabras, no recuerdo exactamente cuáles fueron, sólo sé que nunca jamás me sentí tan bien, sólo sé que me hizo sentir la mujer más afortunada del planeta y me abrazó con mucho cariño, diciéndome al oído "Yo no soy tu padre, ni cualquier otro, soy yo y lo haré lo mejor que pueda, jamás te haré daño, te quiero, eres lo mejor que me ha pasado en la vida". Y no hizo falta nada más, absolutamente nada, ¿qué mas podía pedir? Me quería, a mí, yo por una vez era lo más importante, la única, nada podría ir mejor.

Sigo esperándole, pero no vendrá

La vida me ha dado muchas cosas, muchísimas cosas. Tengo un corazón que late y que me permite seguir viva cada día, una mente que me permite hablar, conocer, pensar y aprender mil cosas, unos ojos que ven y observan, que miran, una nariz que puede oler las mil maravillas que hay a mi alrededor, una boca que puede articular palabra y saborear el mundo, una piel que me permite sentir, piernas para andar, manos para tocar y coger cosas. La vida a parte de un cuerpo y una mente, también me ha dado un hogar, una educación, una gran familia, amigos, amores, recuerdos, canciones, gustos... y me dio un padre, una persona que en un momento dado decidió que quería tener un hijo. Ya entrado en años, aceptó la paternidad por tercera vez en un núcleo familiar perfecto, con una mujer encantadora y una vida plena. Yo nací sana y espabilada, nunca di problemas en casa ni en el colegio. Buenas notas, educada, tranquila y buena niña. No llegué tarde, no hice travesuras, no elegí caminos equivocados e intenté hacerle sentir orgullosa. Igualmente, nada fue suficiente, nunca fui suficiente. Decir que la vida me ha arrebatado a un padre o que no me lo ha dado, sería mentir, la vida, el destino o la suerte no tienen la culpa. Mi padre no ha muerto, tampoco es que me abandonara cuando yo era pequeña o que mi madre no supiera quién es, lo único que ocurre es que él solito en 18 años ha decidido romper día a día mi vida y hacerme sentir la horrorosa sensación de que "yo no tengo padre". Pero lo tengo, está ahí, una persona que me concibió y que a ratos, fue mi padre, cada vez menos, cada vez peor, hasta que se hundió por su propio peso y partió mi vida. Gracias. Sólo me queda decir: gracias. Gracias por no quererme como me merezco, por no estar ahí cuando te necesitaba, por no cuidarme como padre que eres. Gracias por humillarme, por hacerme daño en tantas ocasiones, por hundirme, por destrozar a mi madre. Gracias por hacerme sentir insegura, gracias por inculcarme que no valgo una mierda y que nadie va a quererme, sabes, con el tiempo me es más facil creerme eso que la verdad. Gracias por no escucharme, por no conocerme, por no prestarme atención. Gracias por no darme una infancia normal, por no creer en mí, por no sentirte orgulloso de la persona que soy. Gracias por hacerme sentir culpable de tus errores y tus problemas. Gracias por no entender que mi madre y yo de nada eramos culpables, por no poner nunca ni un poquito de tu parte. Gracias por creerte perfecto y no mirar más allá de tu propia nariz. Gracias por decirme lo insoportable que soy, lo inútil y absurda, egoísta, incapaz y gorda, me ha quedado claro. Nadie va a quererme, ¿verdad? Nadie va a soportarme en el mundo real, nadie va a hacer nunca nada por mí, nadie va a estar ahí, voy a estar siempre sola, absolutamente sola, porque soy mala y me lo merezco. Porque, ¿recuerdas? Debería morirme porque no me merezco ni el aire que respiro, ¿verdad? Sólo me queda decirte que gracias, gracias de verdad por darme esta vida, por demostrarme tanto amor y cuidarme tanto, gracias por hacerme desgraciada, por joderme la vida, por hundirme una vez más. No puedo ni decir TE ODIO, porque mentiría, porque sabes, sigo siendo tan gilipollas como siempre, y sigo preguntándome que hice mal para merecer esto, sigo esperando que mi padre, aquel que con dos años me cogía en brazos y me daba arrumacos aparezca de la nada y borre todo el dolor. Sigo esperando ese padre que veo cada día por las calles, en las películas, en los anuncios... ese padre que yo nunca tuve y siempre quise, ese que nunca tendré. ¿Por qué?

agarrarse a un clavo ardiendo

Mi problema en estos últimos años es que no soy capaz de mirar hacia adelante, de dejar atrás historias y problemas. Mi vida ha ido cambiando con el paso de los días, pero sigo arrastrando lastres, los mismos lastres. No sé si consciente o insconscientemente, pero siento que hay cosas que retengo sin querer, que no consigo dejar ir aunque es lo único que debería hacer. Él es uno de ellos, él y todas las historias o recuerdos que tengo con él, deberían empezar a formar parte de mi pasado, sólo de mi pasado. No lo debería tener en el presente y mucho menos en el futuro, pero no consigo pasar página, no consigo mirar adelante sin reparar en lo que dejo tras de mí. Por un lado sé perfectamente por qué pasa esto, soy totalmente consciente de qué estoy haciendo. Él es la única persona, el único chico que ha mostrado algún interés en mí en años, el único chico que realmente me ha hecho sentir algo, que me hacía sentir deseada y lo peor es que lo sigue haciendo, sigue siendo el único que me habla de esa manera, que me pide esas cosas... y caigo una y otra vez, sin parar, deseando más, esperando que algo cambie, que algo tenga sentido. En esos momentos olvido los malos momentos, las mil lágrimas, los juegos o lo mucho que me ha dañado. Olvido que tiene novia, que no me quiere como merezco, que no se la jugará por mí. Olvido que nunca ha tenido agallas para estar a mi lado, olvido que no me conviene, que no tenemos tanto en común, que sólo sería una noche, que no me cuidará como yo quiero, que no estará ahí al despertar, abrazándome. Sería algo parecido a "A falta de pan, buenas son tortas", pero eso no funciona en el amor, no funciona nunca. No puedo seguir con esta farsa porque es el único chico que recuerda que soy una chica. No puedo dejarme caer de nuevo, no con él. Me quiere, sé que me quiere, a su manera, pero eso no es suficiente. ¿Qué pasará cuando quieras salir por ahí, cuando quieras un beso o un abrazo? ¿Qué pasará cuando quieras quedar con los amigos o llevarlo con la familia? Él nunca estará, jamás. Siempre a solas, siempre en la intimidad. Nunca te reconocerá como algo importante, no delante de los demás, nunca enfrente de sus amigos o su familia. ¿Y entonces, qué haras? Llorarás desesperadamente como siempre, hundida porque has vuelto a confiar y te han vuelto a herir, una vez más, porque será así, nada va a cambiar. ¿Y qué me dices sobre sus hábitos, su futuro, su vida? Sois distintos, muy distintos, y no puede ocupar ese vacío que tu tienes, no puede llenarte como quieres por mucho que te seduzca. Y lo sabes. Aunque igualmente sabes que sigues con este jueguecito porque es el único que sabe alegrarte en días oscuros, que te conoce y te escucha, y que te da esperanza saber que alguien como él querría estar con alguien como tú. Neus, por favor, no te dañes más, no te engañes más. No puede ser, vuestro tiempo pasó y tienes que seguir adelante, llegará, seguro que llegará. Tu corazón late desesperado porque llegue y de alguna manera lo hará, lo encontraremos, te lo prometo.

domingo, 19 de diciembre de 2010

en esta noche no estás

Despierta, quizá ya un poco dormida, estirada en mi cama, tapada, hace frío. Te recuerdo, te añoro y recuerdo tus sonrisas, las miradas, los momentos... la cama está fría, sola, es tan grande sin ti, parece que nunca se acaba, que no se calienta, que no me quiere en ella. Me siento sola, ausente, triste, no estás conmigo, no me abrazas y me susurras que me quieres. Te extraño, extraño tu cuerpo y tus manos, tus caricias, tus palabras. No se oye nada, ni el viento, sólo hace frío, mucho frío. Intento dormir pero no puedo, me faltas, de verdad te espero.
Suenan las tres menos cuarto en la lejanía, las campanas de la iglesia aún repican, puedo oírlo. Recuerdo cuando decías que habías perdido el oído, que no oías ninguna campana, reías diciendo que mis gemidos te impedían oír nada más, otras veces en cambio eran los latidos de mi corazón lo que te lo impedía. Siempre reíamos, siempre.
Oigo unos pasos, la puerta se cierra, las llaves, dejas las cosas y te acercas a la cama. Me hago la dormida, me encanta hacerlo, y tú sabes que estoy despierta pero disimulas. Dejas las cosas, te desnudas y te acuestas a mi lado, si nada, puedo notar tu piel detrás de mí, puedo sentir tu aliento en mi pelo, en mi nuca, estoy ansiosa, ardiente, desesperada. Mi alma grita: ¡tócame! Pero mis labios están sellados, esperándote. Tu mano acaricia mi hombro, baja lentamente por mi brazo, abajo, abajo, hasta llegar a mi vientre, en dónde sin más dilación baja por mi ombligo y llega a dónde quiere llegar, estremeciéndome. Hago ademán de girarme pero no me dejas, te pegas a mí, juntando mi espalda con tu pecho y me abrazas dulcemente, sin alejar tu mano de mí. Con la mano derecha agarras mi pecho derecho y acaricias mi piel, susurras mi nombre en mi oído y besas mi cuello, intensificando tus caricias, mi temperatura cada vez es más alta, mi cuerpo cada vez se tensa más. Te deseo tanto. Entonces aceleras el ritmo, tus dedos me están martirizando, al igual que tu lengua en mi cuello, sabes que es mi punto débil, me estás matando, pero no paras, no paras hasta que completamente absorta empiezo a gemir y respiro con dificultad, agarrándome a las sábanas y gritando tu nombre, como si todo fuera a estallar. Entonces sonríes y me dices te quiero, susurrando, dejando caer las letras. Me giro a besarte y entonces despierto, y no estás, la cama sigue vacía, fría, sola... y me dan ganas de llorar, pero la puerta se abre y eres tú. Confundido me miras, mientras lágrimas caen por mis mejillas y te acercas preocupado a abrazarme, sin saber qué decir. Preguntas qué ocurre. Tengo el corazón acelerado, estoy ardiendo y parezco triste. Yo sonrío, beso tus labios, "no importa -contesto- ya nada importa, estás aquí". Pero no te conformas, quieres saber que ocurre, así que te digo: "Soñaba contigo, soñaba que me acariabas, que besabas mi cuello, que estremecías mi cuerpo, estaba en la gloria hasta que desperté y me encontré sola en esta cama vacía, fría, enorme. Te deseo tanto, te he echado tanto de menos...". Entonces sonríes, en parte como satisfecho como orgulloso, y en parte dulce y cariñoso, y me abrazas, me besas y empiezas a desvestirnos, poco a poco, y cuando aún no han empezado las caricias, acaricias mi pelo, besas mi frente y mirándome a los ojos susurras: "esto no es un sueño, soy yo, y voy a hacerte tocar el cielo". Sabes una cosa, me da igual tocar el cielo, la tierra o el infierno, si es contigo, si son tus manos, puedes hacerme lo que quieras, absolutamente lo que quieras.

Deseo

Y fue fugaz, rápido, no hizo falta mucho más que una mirada para que ardiera de deseo. Una ojeada de nuevo y su sonrisa fue demasiado. Aire, necesitaba aire, respirar, pensar en otra cosa, en cualquier otra cosa. Dejar el bolso, mirar el móvil, coger la cámara, quitarse la chaqueta... y volver a entrar, volver a verle. Cosas del destino mi lugar estaba enfrente, sentada delante de él, a unos dos metros, él apenas reparaba en mí, como siempre, mejor quizás, pero yo si reparé en él, y mucho. Miré a todos los presentes, analizándolos por encima, intentando recordar sus caras y sus nombres, pero él... me daba igual su nombre, su edad o su manera de ser, aquello era demasiado, demasiado fuerte para tener sentido. No fue su físico, o quizá eso fue sólo el principio, no puede decirse que no fuera interesante, agradable a la vista, en definitiva, atractivo, pero no era eso. Era su carácter, su manera de mover las manos, de sonreír, los ojos, la mirada, la voz... era todo, cada cosa ponía un grano de arroz más en la pila y estaba por derramarse. Descubrir su edad no hizo más que aumentar mi interés, las comparaciones empezaron, y el deseo de seguir mirando, seguir preguntando, seguir mirándolo. Su manera de caminar, cómo quedaban sus tejanos, como fumaba, como reía. Todo. Absolutamente todo. Me fijé en sus ojos, un poco ambarinos, como los míos, sólo a la luz. Su incipiente manera de reír, su voz segura y tranquila y su carácter quizá fuerte, quizá seguro, como escondiéndose de algo, como un poco fachada de algo más que no ha de verse, no ha de notarse. No era un niño, eso seguro. Daba igual su edad, era un hombre, todo un hombre. Como diría yo en cualquier momento, ¡qué hombre! Realmente sí, lo era. Luego empezaron las sonrisas, las pequeñas conversaciones que quería alargar sin sentido, alguna mirada furtiva, las canciones, los bailoteos, la necesidad de sentirle cerca... pero todo era en vano, era como ser transparente y yo lo sabía. No tenía ninguna esperanza de ser visible para él, al contrario, sabía perfectamente que ni siquiera se daba cuenta de mi presencia, de que era equiparable a una mesa o un florero, pero me daba igual. No podía dejar de mirarle o pensar en cómo humedecía sus labios, como sonreía o como hablaba. La noche terminó, todo se desvanecía, y el mundo habría seguido girando como siempre si no fuera porque al despedirse, sus labios rozaron con suavidad y dulzura mi piel, porque al despedirse él, como todos, dio dos besos y pude sentir su calidez, su piel suave. Dos besos que no fueron fugaces o de mala gana, que no fueron por compromiso con rapidez o sin pensar, fueron dos besos. Rozó con su mano mi pelo y esos dos besos fueron como un final feliz de cuento que me hizo sonreír. Cuando no puedes tocar un ángel con tus manos porque te queda muy lejos, el encontrar una pluma de sus alas ya te hace feliz, al fin y al cabo es lo único a lo que puedes aspirar.

Si pudiera ser así

Cada segundo del día crea consecuencias, cada paso puede tomar dos rumbos diferentes y la elección de cada paso cambia nuestras vidas. El simple hecho de cruzar o no cruzar en rojo puede suponer el perder o coger un tren, en dónde esté el amor de tu vida, un ladrón, una bomba, el amigo que hace 13 años que no ves o los ojos de una persona desconocida que te llevarán a una pregunta, y ésta respuesta traerá otro futuro. Nada es lo que parece pero todo es lo que es, no a nuestros ojos, pero si conforme a nuestras acciones. Soy una persona sumamente complicada, difícil, igual me hundo que me levanto en menos de un día. Quizá deprimida, quizá enérgica, puede que a las dos quiera ir a bailar y a las tres no quiera moverme del sofá en ocho años. Igualmente todo, absolutamente todo, nos afecta.
Siempre que salgo, con amigos, conocidos, familia... pasan cosas, se explican cosas, se escuchan frases, conoces gente, cruzas miradas, sonrisas... y mi pequeña cabecita empieza a pensar y a pensar, y después comparo, defino y finalmente llegan conclusiones o preguntas, con o sin respuesta, pero que llevan a otros pensamientos. En estos días sólo pude pensar en mí misma, en lo que soy como persona, y en lo que represento físicamente. Sé y siento que mucha gente no ve más allá de mis kg, que muchos chicos seguramente no miran más allá de mi cuerpo, nadie se para a mirar mi sonrisa, mis ojos o mi manera de bailar, el sonido de mi voz, como me río o si soy simpática o divertida, no. Siempre se quedan ahí, en el umbral, no ven nada más que la puerta, el resto de la casa sigue vacía, cerrada, sola. Intento sonreír y hacer como que no importa, que no pasa nada, que aquel que no pasa del umbral es porque no vale la pena, que ya llegará alguien que sepa ver lo que valgo, pero entonces empiezo a caer. Me da mucho miedo que nadie cruce nunca ese umbral, me da miedo que no crean que valga la pena abrir la puerta y mirar más allá de mis kg o defectos. Me da miedo esperar en vano, hasta siempre, quedarme sola y triste llorando en silencio, que nadie vea que soy algo más que un físico imperfecto, que aún así quizá puedo competir con otras más favorecidas porque tengo mucho que dar, tengo mucho que ofrecer. Soy mujer, y aunque a veces me siento como una niña, ansío tanto sentirme una mujer, como entonces, como esas veces cuando el deseo recorría mi piel y no quería que sus manos dejaran mi cuerpo nunca. Sentirse deseada, que te falte el aire, enrojecer, que tu cuerpo arda, cada vez más caliente, anhelar sus labios y su piel, sus palabras... y también sentirme querida, comprendida, valorada. Que alguien me cuide alguna vez, ser lo más importante realmente para alguien una vez en la vida, que no se avergüencen de mí, que yo sea suficiente. Y quieres creer que pasará más de una vez, que aún no siendo un canón de belleza, ellos valorarán tus curvas, tus sonrisas, tu sinceridad, tu cariño y tantas otras cosas, quieres creer que se la jugarán por ti y que vivirás esa historia de amor y sexo que siempre quisiste, pero tantas veces piensas en que aspiras demasiado alto, en que en cuanto creas encontrar caerás en picado estampándote contra el suelo. Las miras ellas y piensas, ¿con chicas así quién iba a querer a alguien como yo? Y te entran ganas de llorar, y a veces lo haces, lloras y te compadeces, pero eso no cambia nada, no te sientes mejor, ni peor, sólo tienes miedo. Sólo buscas algo en lo que apoyarte para no caer, para seguir e intentas no pensar en ello, aunque en el fondo es lo que más ronda tu mente a lo largo del día, pero antes harías mil cosas que reconocerlo, ¿a que sí?

sábado, 18 de diciembre de 2010

Diciembre'2010

Las cosas cambian, aunque parezca mentira. No sólo mi alrededor o los amigos, o la familia, también mi manera de pensar, de ver la vida, de tomarme las cosas... todo evoluciona y ésta vez parece que para bien, a mejor, por primera vez. Hay tantas cosas que decir y que vivir, personas nuevas que conocer con las que compartir mil situaciones, pensamientos y sentimientos que empiezan a surgir dejando atrás otras cosas, situaciones que no volverán a suceder y otras que por primera vez viviré... Hace tanto que no escribo, que es como si sintiera que mis palabras están medio vacías, medio apagadas... aún despertándose de un letargo que durará unos días, porque tengo tanto que decir, tanto que he callado en estas semanas y fluye dentro de mi, tiene que salir, lo necesito... estas Navidades van a ser especiales, lo sé, esperemos que todo siga así, que poco a poco las cosas vayan saliendo, al fin y al cabo sólo pido ser feliz :)

lunes, 29 de noviembre de 2010

Echo de menos esa absurda felicidad
















La Ruta me dió todo lo que yo siempre anhelé. En esos días me sentí aceptada, comprendida y querida en los mismos términos en los que yo los quería a ellos. NO hizo falta nada, sólo nosotros y el tiempo, fue tan increíble... saber qué piensan, que sienten, que siempre estarán ahí, como una enorme familia que vive y respira contigo. Nunca jamás he sentido una felicidad tan plena como en esos días, nunca, me alegraron la vida y el corazón. No sé qué sería de mí ahora si no tuviera esa alegría cada vez que recibo noticias suyas... os echo tanto de menos. Os ncesito aquí, pero no puede ser... igualmente sé que SIEMPRE estáis conmigo. Gracias, gracias por tanto, por todo. OS QUIERO.

Backstreet Boys Incomplete



Sin duda, una de las canciones de mi vida... ojalá sólo fuera eso.

No tuvimos suerte

Recuerdo muchas cosas y duele decir que después de 18 años no consigo encontrar ni un sólo recuerdo exclusivamente bueno, ninguno. No soy capaz. Supongo que el dolor y la rabia, han nublado mi memoria y las cosas buenas que tengo, las he borrado, debe ser eso. Es cierto que recuerdo lo bien que me sentía cuando jugaba conmigo y mis amigos en el parque de la iglesia por las tardes, pero también recuerdo las broncas humillantes que me daba por ensuciarme la ropa o caerme. Tengo recuerdo de las tardes jugando en casa, divertidas, pero también sus burlas y sus gritos desde pequeña porque no era como él esperaba o había hecho o dicho algo que no debía. Recuerdo ir a comprar el diario los domingos con él, pero recuerdo lo mal que trataba a mi madre a cualquier hora del día.
Y así es mi vida... cuanto más mayor soy, menos recuerdos salvables hay, menos cosas aparentemente buenas o posiblemente buenas hay. Y entonces pienso en lo buena que podría haber sido mi vida, en cómo sería yo si hubiera tenido la oportunidad de tener un padre normal, uno con el que reír, uno que se preocupara por mí, un padre en quien confiar y que te quisiera incondicionalmente de verdad, sin peros, para siempre. Me pregunto como sería mi vida si él fuera ese padre de mi cuento, de mis sueños, ese padre cariñoso, divertido y responsable que está para ti en todo momento y en cualquier lugar. Alguien que es un pilar para ti, una ayuda en lugar de una traba. Me pregunto como sería mi vida si tuviera un padre mínimamente parecido a mi madre, cómo de diferente sería todo. Qué se sentiría en el corazón al ser mínimamente feliz de verdad, como sería cumplir 18 años sin sentir que has derramado más lágrimas de las que tienes, como debe sentirse que un padre te apoye y te defienda de quienes te hacen daño, en lugar de aliarse con ellos. Como debe sentirse cuando ves que tu padre te quiere y se siente orgulloso de ti, en lugar de humillarte e insultarte cada día. Y sobretodo, me gustaría tanto, pero tanto, tener un buen padre sólo para que mi madre tuviera un buen marido, ella se lo merece tanto. La vida ha sido demasiado injusta con mi madre, ella es todo lo bueno que una persona puede llegar a ser, y sólo ha recibido palos. No se merece eso. Se merecería un marido cariñoso, comprensivo, respetuoso y sincero, que la cuidara y la mimara como se merece, que estuviera ahí en los buenos y malos momentos, que la hiciera reír, la comprendiera, la ayudara... tal y como mi madre ha intentado hacer con él durante 20 años. Alguien como ella, para ella... pero no tuvimos suerte, no nos tocó... lo siento.
Desde pequeñita siempre soñé con una vida perfecta en un mundo perfecto, conocer a un príncipe de cuento y vivir felices para siempre. Pero la vida no es así, nunca fue de color de rosa y con los años vas dándote cuenta de las cosas, de todas las cosas.
Al principio sólo eran cosas pequeñas, absurdas, enfados sin sentido que se pasaban con los minutos y que arreglaba con una disculpa y un caramelo. Con los años las disculpas desaparecieron, pero los regalos o el dinero siguió ahí. Era su manera de hacer cómo que no había pasado nada, pero pasaba. No importaba qué hicieras o qué dijeras, nada era de su gusto, nada estaba bien, nadie era bueno, ni siquiera yo. Con los años traté de hacerme entender, de entenderle también a él, de mejorar las cosas, de arreglarlo... pero no pasó, nunca sucedió, las cosas sólo empeoraban y cada vez era peor, mucho peor. Ya no eran cosas pasajeras, era diario, a veces dos veces en el mismo día y todo. No importaba si eran días laborables, fines de semana, Navidad o vacaciones. Ya daba igual si estábamos solos, en casa, fuera o con gente, ¡qué mas da! Era humillante, no sé cuánta vergüenza llegué a pasar por su culpa, ni cuantas frases y palabras me tragué para no herirle, cuando él ha sido la persona que más daño me ha hecho en el mundo. Ya nada era posible, nada tenía sentido, estar en casa era un suplicio. Igualmente el instituto no era mejor y los amigos no veían más allá de mi burbuja y la soledad me invadía, poco a poco, tragándome hacia ella, con la rabia y el odio contenido. Gracias a dios con los años aprendí a ser fuerte, aprendi a soportar lo que jamás debería aguantar un ser humano, era eso o caer, o morir, y no quería darle esa satisfacción. Poco a poco forjé un carácter a base de golpes, a base de lágrimas y mucho dolor, no podría conmigo. El odio y la rabia pudieron conmigo, me ayudaron a subsistir y cuando acabé por entender, por ver lo que sucedía, sentí como si un gran vacío me invadiera, seguido de un dolor demasiado profundo para ser soportado, un dolor demasiado jodido como para que las lágrimas lo aliviasen. Y así, poco a poco, día tras día, arrastré ese sentimiento hasta que él decidió irse, dejarnos. Pensé que todo había acabado, que con ganas y ayuda de los que me quieren, conseguiría tirar adelante, feliz, aceptar y olvidar. Pero no, NO. Sigue aquí, más fuerte que nunca, siguiéndome en mis sueños, en las calles, en las conversaciones, en la televisión... y por si fuera poco, me llama, me envía emails y quiere verme, recordarme lo mala que es mi madre, lo mala que soy yo y que la UNICA VICTIMA es él. Ya no puedo más, por favor, que alguien pare esto, necesito ayuda, un milagro, lo que sea, pero que alguien ponga fin a esto de una vez, POR DIOS. ¿Qué hice para merecerme esta vida? ¿QUÉ HICE? ¿POR QUÉ? Que alguien me diga por qué... sólo quise tener un padre, un PADRE, porque tuvisteis que negarme también eso, ¿por qué?

No le deseo a nadie todo esto... me está destrozando, no sé qué voy a hacer.

Sabado negro

El 16 de Junio había sido el último día que lo había visto y toda yo lloraba por dentro. Me fui cinco días a Alemania y sólo yo sé lo mal que lo pasé. No importa lo mucho que me gustó Berlín o que iba con mis amigos... nadie pudo quitar esa amargura de mi corazón, me estaba resquebrajando por dentro, rompiendo una vez más. Me sentía tan mal..., y ellos acabaron arreglándolo. Una vez más fui transparente, imperceptible. Mi corazón estaba gritando destrozado y ellos no notaron nada, no se dieron cuenta de mi caída, ni siquiera fueron capaces de ver mis lágrimas o mis ojos enrojecidos. Él me miró a la cara y no fue capaz de decir nada, me ausenté durante horas y no se percataron, y ella, la única que se dio cuenta de mi estado, no fue suficiente, lo siento, pero no lo fue... porque me sentí tan sola, tan absolutamente sola... pero no importa, ya nada importa.
Llegó el verano y con él buenos momentos y sonrisas, como siempre, me recompongo y tiro adelante, pero como siempre... volvió a aparecer, más llamadas, mas emails... y yo ahí, aguantando, con buena cara, como si no pasara nada, como si todo fuera bien, ¿por qué qué podría ir mal? Y no importa como te sientas, no importa que tu mundo se desmorone por momentos, no importa que tengas ganas de morir a cada respiración, no importa que encerrarte en tu cuarto a llorar sea lo único que te permite seguir respirando una hora más. No duele que tu único pilar, al enfadarse, diga muchas cosas que no piensa, pero que duelen. NO IMPORTA. Claro que no importa, ¿ya que más da? Peor no puedo estar, ya estoy sola, muerta y totalmente rota, desangrada, ¿qué podría pasar ahora? Nada nuevo. Acostumbrarse al dolor no es fácil, pero terminas por aceptarlo, terminas por aceptar que tu vida es ésta y que por mucho que te esfuerces él no va a cambiar, ni tampoco los demás. Seguirás siendo tú, siempre tú, nunca suficiente, nunca buena, nunca nadie... él no te quiere, no te querrá nunca, y por mucho que te esfuerces para ellos seguirás siendo transparente, tan sólida y fuerte como siempre, tan distante como tú quisiste ser, tan prescindible como siempre temiste... ¿y qué?
Llegó el sábado después de tantos días, después de tantas cosas, y empezó mal, muy mal. Me enfadé con ella, mi madre, la única luz que aún tenuamente alumbra mi vida, y me fui totalmente destruida a verle. Sonrisas fingidas y temas superficiales, pensé resistir ese asalto, pero no, no pude. Él nunca se va sin decir lo que ha venido a decir, jamás te dará tregua, ¿entiendes? Y nada... soltó todo su rapapolvo, como siempre. Toda la culpa es de mi madre, el nunca le ha hecho daño a nadie, ésta es su casa... y mil cosas más, rompí a llorar, ya no puedo más, esto puede conmigo, puede con mi alma, mis fuerzas y mis ganas. Sólo quiero que termine, que se acabe de una vez, me gustaría abrir los ojos y ver que sólo ha sido una pesadilla, pero no, es el jardín de los horrores y no acaba nunca. ¿Y ahora qué? Pues a seguir haciendo tu papel, hipócrita, rota por dentro, aguantando y aguantando. 18 años de aguante, de infelicidad, de dolor, de lágrimas... y qué, todo lo que sufrí para que después una persona que te conoce de toda la vida venga a decirte que humillar a los demás es tu manera de glorificarte a ti misma. ¡Bien! ¡Perfecto! ¿Y entonces? ¿Qué hago entonces, qué me queda? Nada, acabé por desfallecer, ya no tengo ganas de seguir luchando. Ganasteis.

FCB - RMadrid


F.C. Barcelona - Real Madrid
El clásico de la Liga una vez más, un partido interesante, eso seguro.
Mañana ya publicaré qué tal ha ido, si todo va bien el Madrid ganará :)
Y sino... pues nada, aún quedan 25 jornadas y muchos puntos!

miércoles, 24 de noviembre de 2010

A M O R

MAÑANA ENTRADA SOBRE EL TEMA, PROMETIDO

Mucho por decir

A diario me vienen a la cabeza mil cosas por contar, nuevas historias, nuevos temas... pienso entre veinte y treinta veces en pensamientos o hechos concretos para publicar aquí, para escribir de verdad líneas salidas de mi alma y plasmarlas para siempre, pero entonces... tengo cosas que hacer, me pongo a leer, a ver series, veo la tv y se me van, y pierdo palabras y sentimientos. A veces tengo el tema, pero no sé como plasmarlo. A veces me da palo y lo dejo pasar, y luego me arrepiento, y ahora... viendo una vez más cosas por aquí, me acordé de este blog, de mi misma y de mi necesidad de contar cosas.
Supongo que es parte de mí, sino... no sería yo, y me enorgullezco muchísimo de ser así, de estar tan asquerosamente loca y ser tan hiper complicada. Pensé en muchas cosas estos días, como siempre, y voy reacomodando mi vida poco a poco, con bajones y días mejores, pero es así, no puede cambiar todo de la noche a la mañana, no al menos en mi vida. Yo soy toda periódica, toda por pasos, poco a poco, así que... así iremos. :)

palabras que se pierden, muchas aún por decir.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Aprender a aceptar

"Al fin y al cabo era todo lo que yo amaba en el mundo, mi única hija".
Hay que aprender a aceptar las cosas, aprender a aceptar la vida que nos ha tocado y a mí me está costando demasiado aceptar cómo es y quién es mi padre. Me cuesta no romper a llorar cuando veo a cualquier padre con su niña, cualquier película a la que se hace referencia o cualquier otro tema en que salen estos conceptos. Me cuesta y creo que nunca dejará de dolerme, dolerá menos y se desvanecerá a efectos más grandes, pero... seguiré siendo yo, siempre yo, y por tanto, seguiré esperando.
Claro que sé que no va a cambiar, y claro que no espero que todo empiece de nuevo y sea perfecto, pero soy así, un corazón débil que siempre busca que la quieran, que la cuiden... en verdad sigo siendo esa niña pequeña, descuidada, inocente y enamorada de la vida y del amor, soñadora, idealista, buscadora de príncipes de cuentos, despreocupada, absurda, incoherente y complicada... y sigo queriendo ese padre increíble que sea todo lo que necesito, alguien en quien confiar, que te quiera incondicionalmente, que te haga reír, que esté siempre ahí... pero no puede ser, no lo tengo, y NUNCA lo tendré.

Hay que aprender a aceptar.

La bella y la bestia - bella y bestia son (tema principal)

sábado, 20 de noviembre de 2010

REAL MADRID 5 - 1 ATH. BILBAO


Esto es futbol y todo lo demás SON TONTERÍAS. Gracias por este partidazo :)

30 Seconds To Mars - Closer To The Edge

POMPEU FARRA
















clase 11

Aplausos para Julio Iglesias después del frío comienzo en Chile

SANTIAGO DE CHILE (Redacción). El cantante español Julio Iglesias, después de ser recibido con frialdad por los asistentes a la cena-concierto del lunes en el selecto Club Hípico de Santiago de Chile, reconquistó al público en la actuación del martes en el Parque O’Higgins con la asistencia de casi 40.000 chilenos.

Julio Iglesias actuó primero en el selecto Club Hípico de Santiago ante 4.300 personas. El concierto empezó con problemas técnicos y de sonido, y continuó con la falta de conexión entre el cantante y los asistentes que siguieron apáticos durante la hora y cuarenta minutos que duró el recital. Para el español hubo un problema añadido, la entrada a la cena fue de 500 $ y según Julio Iglesias: “público que paga mucho, aplaude poco”.

En la segunda actuación, en el Parque O’Higgins, el cantante cautivó a los 40.000 asistentes –aunque se esperaban más de 200.000- con dos horas casi ininterrumpidas de su repertorio de baladas, ritmos brasileños y temas en diversas lenguas. Cabe destacar que en esta ocasión el precio fue mucho más “módico”: sesenta centavos de dólar.

La segunda actuación consiguió aplacar las críticas suscitadas después de su primer concierto en el país, aunque el verdadero interés de su pequeña gira en Chile fue la recaudación de fondos para “Íntegra”, una institución no gubernamental que se dedica a obras sociales.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Harta, rabiosa, enfadada... hay muchas maneras de decirlo y sólo un sentimiento en mi interior. Sí, estoy cansada y furiosa, siempre pasa lo mismo, siempre estamos igual. ¡Joder! ¿Por qué? Estoy cansada de estar esperando siempre, cansada de creer en una sinceridad que luego nunca existe. Estoy cansada de jugármela por aquellos que jamás levantarían un dedo por mí. Cansada de intentar ser siempre perfecta y atenta, detallista y cariñosa con todos, miedosa de si fallo un segundo seré desterrada para siempre. Estoy cansada de callar mil cosas y aguantar silencios para no joder a los demás. Estoy cansada de que justo cuando creo que ya hay suficiente confianza y empiezo a ser mínimamente quién soy, la gente me abandone y me haga daño, sin importarle lo más mínimo mis sentimientos. Cansada de que no valoren lo que hago o lo que soy, cansada de que yo tenga que pensar siempre en lo que puede interpretarse con mis actos o con mis palabras, previsora de todo cuanto hago y digo, pero ellos nunca piensan lo que hacen o lo que dicen dos veces, nunca se paran a evaluar qué puede significar para mí.
Joder, lo que hago lo hago porque quiero y no me arrepiento, soy así. Cierto es que acostumbro a intentar ser "perfecta" porque tengo la incesante necesidad de ser evaluada por todos, tengo la mala manera de que todo me afecta y todo me importa y constantemente tiendo a pensar que no significo lo suficiente o que no me van a querer como soy, por lo que acabo por intentar hacerme querer a veces demasiado. Pero joder, una cosa es que yo sea imbécil y jodidamente complicada, y otra muy distinta es que siempre que alguien me conoce mínimamente acabe por aprovechar lo que sabe de mí para joderme bien jodida. No, hasta aquí hemos llegado. Sabes qué, tengo ganas de mandarlos a la mierda, de echarlos de una puta vez de mi vida y dejarles con la puerta en los morros. Tengo ganas de gritarles muchas cosas y plantarme para siempre, harta de mentiras, suposiciones y contrariedades varias. Harta de ser siempre la que tiene que hacer mil cosas, la que aguanta, comprende y ayuda a todos. Harta de tener que decir 2938 veces las cosas para que mínimamente se den cuenta de qué existo o de qué estoy. Estoy cansada de todo. Cansada de que cuando las cosas van mal yo me muerda la lengua para no herir, y a mi se me tache de todo cuanto existe. Cansada de que me llamen prepotente, sabionda, de que me creo más que los demás, que me gusta humillarles, que soy una egoísta, que sólo me preocupo de mi "feliz" vida, que no sé vivir con nadie, que voy de víctima, que soy una mentirosa...
Se acabó. Ahora mismo pondría todas esas palabras en un papel y las quemaría, con todas esas frases preciosas y jodidamente agradables que mi padre me ha grabado a fuego durante tantos años, y para finalizar... me hiría como dos años por ahí, a ver mundo, sin llamar, sin venir, sola, sin nadie, porque si ellos no me necesitan y pueden vivir sin mí, yo también podré soportarlo y aprender, ¿o no? Porque yo estaré jodidamente rota y dolorida, pero tengo orgullo, eso nadie puede dudarlo, además no se te olvide: SOY NEUS CAMARA, nadie podrá JAMAS conmigo.

sábado, 13 de noviembre de 2010

Resquebrajada

Un escaparate cualquiera de esa gran avenida llena de tiendas. Una de tantas tardes de invierno en que caminas tranquilamente entre la gente, con un poco de frío, pero feliz, tu propio corazón calienta tu alma. Entonces te paras en una tienda nueva, nunca jamás la habías visto, está toda llena de muebles y cosas antiguas, pero tan bien conservadas que llama toda tu atención. Entras. Hay mil lámparas, armarios, cojines, plata... hueles y te viene ese olor a antigüedad, a viejo, te recuerda quizá a tu abuela y a tu niñez. Entonces bajas al sótano y hay juguetes, miles de juguetes, sobretodo de madera y ojalata, esos trastos que tanta gracia te hacen, que te llevan a un mundo que tú nunca conociste. Y llegas a la zona más interesante, las muñecas, aquellas muñecas que aunque sean de otra época, de otro siglo, siempre serán muñecas, con sus caritas sonrosadas y esos vestidos tan bonitos... esas muñecas que siempre serán icono de esa niñez, de esa infancia que en muchos momentos de tu vida echas de menos. Entonces la ves, es una muñeca de porcelana, bien vestida y peinada, con sus rizos de color oro y sus ojos azules. Lleva un paraguas y un sombrero a juego, unas botitas negras y un conjunto precioso. No dudas y te la llevas a casa, en tu estantería, un recuerdo más, ha sido una ganga. Y entonces, te paras más de un minuto a mirarla y te llama la atención esas marcas en su "piel". Coges un trapo para limpiarla y entonces es cuando te das cuenta: está rota. No rota en sí, sino que alguna vez se rompió y alguien volvió a pegarla, pero se le notan todos los pedazos. La desvistes, por curiosidad, toda ella está llena de esas pequeñas marcas que en un primer momento no viste, entonces sientes pena por ella, por esa muñequita que han recompuesto. ¿Y sabes qué? Sólo está pegada, sigue siendo una muñeca rota y siempre lo será. Esas marcas JAMAS se irán, siempre tendrá en su cuerpo los pedazos de ella misma, siempre estará resquebrajada.

Así es como me siento en muchas ocasiones... una muñeca rota entre tantas, resquebrajada y rota, pegada de nuevo para que no se note, igual a las demás a primera vista, pero en el momento en que miras un poco más, no puedo negarlo, se ve... estoy rota, resquebrajada... y como una pequeña muñeca de porcelana: vacía. Tengo ganas de llorar...

Chuck & Blair - Can't break it to my heart

No hay duda de que el amor duele, pero qué sería de nosotros sin amor.

martes, 9 de noviembre de 2010

Quizá mi vida es monotemática, quizá no tengo nada más que decir más allá de aquello que sufro, aquello que siento en el fondo de mi alma. Quizá sólo soy un reflejo de muchas cosas mas importantes que suceden a cada segundo y que no paro a contemplar, sumida en mi dolor. Quizá me estoy perdiendo mi vida a base de recordar y volver a pensar en tantas cosas, que sólo consiguen herirme en lo más profundo... quizá, quizá yo misma soy la que pone trabas y abre abismos, la que me está matando poco a poco. Pero, por dentro, siento esa necesidad de volver al principio, de seguir preguntándome por qué, de seguir aquí, esperando a que todo cambie, a que sólo sea un mal sueño, a que siga siendo esa niña que soñaba con principes de cuentos. Sigo esperandole, sigo con los brazos bien abiertos, sigo aquí, sentada, recordando y llorando por algo que nunca sucederá, por algo que por mucho que quiera que pase no va a pasar. Sigo haciéndome daño, sigo amargándome esperando, sola, sin nada que poder hacer... duele, duele muchísimo.
Y suena una nana en la habitación, llena cada milímetro de una extraña sensación. Mis ojos se empañan de lágrimas y mi corazón se paraliza, como tantas otras veces. Dejo de respirar y contengo mi dolor, una vez más, ya no hay vuelta atrás, no se puede cambiar el pasado. No volveré a ser un bebé, no tendré la oportunidad de tener otra infancia, no podré crear recuerdos de lo que me gustaría haber vivido... porque ya está hecho, sucedió así. Nunca recordarás ese amor incondicional de alguien que te quiere por encima de todo. Nunca tendrás una imagen tierna y admirable de ese padre, nunca será un modelo ejemplar para ti, nunca te sentirás querida, nunca serás su orgullo, nunca sonreirás al pensar en él. Nunca tendrás lo que siempre andas buscando, no vas a conseguir lo único que pides, él nunca te va a querer como tu querrías que lo hiciera, él nunca va a ser el padre que tu hubieras querido... y cuanto antes lo aceptes antes dejaras de llorar en silencio en tu habitación, escuchando esa nana que te desgarra las entrañas. Crece y entiende que eso no va a pasar, que él es así y que no va a cambiar.

Lo hubiera dado todo por una infancia como la de cualquiera. No sabes lo que hubiera hecho por tener un padre como el de tantas niñas, ese padre preocupado y cariñoso, bromista, que te cuida y te comprende, el padre que te castiga para que aprendas, el que te discute cuando no tienes razón, pero que ante todo se preocupa por ti. Ese que lo daría todo por su hija, que la trata como a una reina y la consiente sin querer, ese padre que le ha dado lo mejor que tiene: su amor incondicional, ese padre que siempre está ahí y que es un refugio para cualquier ocasión. Ese padre que ante todo ES PADRE. Creo que nunca voy a poder superarlo...
No se puede hundir lo que ya está en el fondo.
No puede matarse aquello que ya no tiene vida.
No puedo sangrar un corazón que esta vacío.
¿Y qué importa, qué decir? SILENCIOS.
No tengo ganas de respirar, sólo apetece llorar y darme cuenta una vez más que estoy seca, que ya no tengo ni lágrimas, que pudieron conmigo.

Ganasteis. ¿Estáis satisfechos?

LETRA

I wait for the postman to bring me a letter
I wait for the good Lord to make me feel better
And I carry the weight of the world on my shoulders
A family in crisis that only grows older

Why'd you have to go
Why'd you have to go
Why'd you have to go

Daughter to father, daughter to father
I am broken but I am hoping
Daughter to father, daughter to father
I am crying, a part of me is dying and
These are, these are
The confessions of a broken heart

And I wear all your old clothes, your polo sweater
I dream of another you
The one who would never (never)
Leave me alone to pick up the pieces
A daddy to hold me, that's what I needed

So why'd you have to go
Why'd you have to go
Why'd you have to go!!

Daughter to father, daughter to father
I don't know you, but I still want to
Daughter to father, daughter to father
Tell me the truth, did you ever love me
Cause these are, these are
The confessions of a broken heart

I love you,
I love you
I love you
I....!!!!!
I love you!!

Daughter to father, daughter to father
I don't know you, but I still want to
Daughter to father, daughter to father
Tell me the truth...
Did you ever love me!!!?
Did you ever love me?
These are.....
The confessions...of a broken heart

Ohhh....yeah

I wait for the postman to bring me a letter..

Confessions of a Broken Heart (Daughter to Father) - Lindsay Lohan

Sí, sigo llorando, ya he gastado 4 pañuelos y tengo toda la cara enrojecida, suena música triste y sólo me alumbra la luz de mi portátil. Son las dos de la mañana y sigo aquí, descargando mi absurda vida y mi asqueroso vacío emocional, mi jodida vida hecha pedazos.
Es culpa mía, lo sé. No tendría que afectarme tanto, no tengo porque estar así, pero lo estoy. En parte esta sensación de soledad y de tristeza la tengo porque quiero, ¿no? PUES SI, debe ser eso. Pero ahora mismo no me importa lo más mínimo, estoy acostumbrada a ser lo peor, a no ser nada, absolutamente nada, así que por una vez más en que mi propia existencia no valga una mierda tampoco es que me vaya a importar. Puede que lo que cosecho es lo que siembro, puede que toda la culpa sea mía y me ampare en los demás para que nada de lo que ocurre tenga que ver conmigo, yo sólo soy una víctima. Pues quizás, pero ahora mismo me importa una mierda. Estoy cansada, muy cansada. Siempre estoy sufriendo, por una cosa o por otra, siempre acabo aquí, sólo recompensada por el alivio que me supone escribir 4 líneas en este blog, diciendo la verdad sólo cuando estoy aquí, enfrente de esta pantalla iluminada. Siempre pasa lo mismo, las personas que quiero acaban por darme la puñalada trapera, da igual quién o cómo, siempre pasa, y aunque por un lado ya no me sorprende, eso no significa que no me duela, aunque es difícil hundir aquello que ya ha tocado fondo.
No importa lo que haga, lo que diga... nunca se acuerdan de todo lo que vivimos, de lo mucho que he hecho por las personas a las que quiero (que lo hago siempre porque quiero y no me arrepiento), nunca recuerdan nada, sólo aquello que a ELLOS les duele, sólo lo que pueden reprocharme... sólo eso. Y estoy cansada, estoy harta. Sólo ellos sufren, sólo ellos sienten, sólo ellos tienen razón. Y el resto, nunca hace nada, nunca dice nada, sólo mira y calla. ESTOY HARTA, ya no puedo más. Si quieren matarme, que empiecen, que digan de una vez lo que pensaron, lo que sienten conmigo, que tengan huevos a decirme a la cara la mierda de persona que soy y lo poco que valgo, que acaben conmigo de una vez, ya no importa, ya me da igual. ¿Qué más da? ¿Qué cambiaría si yo no estuviera? No me necesitan, no soy indispensable para nadie, acabarían por olvidarme, lo sé. Nunca he sido lo suficiente, no importa cuanto me esfuerce por intentarlo, por integrarme, por gustarles... nunca encajo, nunca valgo la pena. Ya no sé si es por mi físico, mi intelecto, mi personalidad... o por todo en conjunto, y total, ¿qué mas da? Igualmente, sea por lo que sea, nada va a cambiar. Tu seguirás aquí, sintiéndote sola, ellos viviendo su vida. Tu seguirás aquí, hecha pedazos y sonríendo para no hacer sentir mal a los demás, intentando agradarles y hacerles felices a todos, para que te quieran, para que te valoren mínimamente, que se sientan orgullosos de ti, que te admiren... por poco que sea. No importa lo mucho que te esfuerces por seguir adelante y poner buena cara, aceptar lo bueno y lo malo y luchar por cada segundo, incluso por aquellos en que simplemente respirar duele... No importa, tú no importas. TENLO CLARO.

Sólo tengo ganas de llorar... lo siento.
Quiero ser esa niña que sonríe ajena a todo, cogida de la mano de su querido papá que tanto la quiere. Quiero unos recuerdos que me hagan sonreír, que me hagan reír y llorar de alegría. Quiero una adolescencia llena de discusiones sin importancia y momentos increíbles que nunca olvidar. Quiero vacaciones con un padre, cumpleaños con un padre, una familia compuesta por un padre y una madre, un núcleo de verdad. Quiero abrazar a mi padre el día que me dijeron que me habían cogido en la universidad, contarle todo lo que me importa y lo que me da miedo. Quiero hablarle de mi primer novio, presentárselo y oír como le dice "cuidado lo que haces con mi pequeña". Quiero pasar mil cosas a su lado, quiero que esté cuando tenga mi primer hijo y todos los que vengan después, quiero envejecer a su lado y llorar absolutamente desolada el día en que no esté. Ir a poner flores en su tumba y contarle todo lo que me ocurra porque sigue aquí conmigo. Quiero aquel superhéroe que lo significaba todo para mí, quiero un padre mimoso y cariñoso que me considerara su princesa. Alguien que se jugara todo por ti, alguien que te quisiera incondicionalmente y de verdad, UN PADRE. Quiero gritar te quiero y sentirlo, quiero ser feliz. Quiero... quiero... Sólo quería un padre, una vida normal. ¿Tan díficil era? ¿TAN DIFICIL?

Y ahora... quiero olvidar, poder pasar página, dejar de sentir este vacío enorme en mi pecho, dejar de tener ganas de llorar cada dos o tres segundos. Dejar de sentirme culpable, de preguntarme por qué... NO SE LO DESEO A NADIE. Esto no tiene nombre, es absolutamente horrible, te parte en dos.

Miley Cyrus - When I Look At You

Hoy

Hoy sentía ganas de llorar hasta explotar, pero también tenía ganas de gritar, de enfadarme y decir muchas cosas, de soltar cosas que tengo guardadas y que nunca dije, pero una vez más, el silencio se apoderó de todo y mis ojos están secos. Ya no hay lágrimas como antes, sigue siendo fácil, pero me niego, me controlo mucho más y me escondo tras esta fachada de mujer fuerte, sin problemas. Soy sólo un pedazo de mí misma, una coraza de acero que no muestra nada más que lo que tiene que mostrar, no hay sinceridad o sentimientos, sólo fortaleza y sonrisas fingidas. Estoy echa pedazos, pero nadie quiere oír eso, nadie quiere saber realmente cómo estoy, porque nadie está preparado para escuchar mi sincera respuesta, ni siquiera ella. Ni siquiera yo estoy preparada para oír a mi propio corazón, aún duele todo demasiado, aún sangran las heridas demasiado como para empezar a correr, puede pasar que al hacer ese esfuerzo se abran de nuevo y caiga destrozada sin vuelta atrás.

Siento ganas de encerrarme en una sala oscura, con un tenue rayo de luz, sólo con agua, y sentada agarrando mis rodillas poder llorar en silencio durante horas, días, meses... y gritar, gritar hasta desgarrarme la voz... siento mis pedazos, aquí dentro. No soy feliz, no es cierto, no te mientas. Y lo peor, tengo miedo a no serlo nunca, tengo mucho miedo. Como siempre... vuelven mis miedos, mis pesadillas, mis reflexiones y tantas otras cosas, porque pasó, de nuevo. De nuevo alguien a quien he querido muchísimo durante muchos años resquebrajó mi dolido corazón, de nuevo alguien abrió las heridas y me juzgó. Una de tantas... ¿no? Me encantaría que mis palabras fueran ciertas, me encantaría sentir de verdad "que no me ha afectado y que todo va bien", pero es todo mentira. Han vuelto mis fantasmas, como no, las preguntas con respuesta, las lágrimas, el miedo, la rabia, la tristeza... y mi ansiada soledad.

Me siento tan sola... tan increíblemente incomprendida, tan infeliz. ¿Por qué? ¿Por qué siempre yo, por qué nunca cuento para nadie? ¿Por qué nadie apuesta por mí, por qué no puedo se suficiente para alguien, por qué nadie trata de entenderme o de quererme tal cual soy? ¿Por qué no valgo, por qué no me quieren? ¿POR QUÉ NO ME QUIEREN? ¿POR QUÉ? ¿Qué hice mal? En momentos así siempre pienso que deben tener razón, son demasiados para que la equivocada sea yo... algo malo debo tener, quizá si es verdad que me creo superior y en realidad soy una mierda, al fin y al cabo mi padre tendría sus razones para decirlo. No puedo... en serio, no puedo más. Estoy hecha pedazos por dentro, cada vez más, cada golpe es más duro... y me siento rota, sin sentido y sin rumbo. Quisiera dormir y no despertar en mucho tiempo, quizá así dejaría de doler tantísimo...

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Cazadores Oscuros - Sherrilyn Kenyon

Una de las mejores sagas de la historia. Aún me quedan algunos por leer, pero quería publicar aquí la lista de los libros, tanto en inglés como en castellano, para seguir un orden cronológico de los que tengo y hacer una especie de crítica-resumen-opinión personal sobre cada uno de ellos, además intentaré buscar a un personaje conocido que pueda acercarse a la belleza sobrenatural de nuestros queridos protagonistas :)

La serie es la siguiente:

- Un amante de ensueño – Julian de Macedonia

2º - Dragonswan

3º - Placeres de la noche – Kirian de Tracia

4º - El abrazo de la noche – Talon de los Morrigantes

5º - Phantom lover

6º - Bailando con el diablo – Zarek de Mohesia

7º - El beso de la noche – Wulf Trywagsson

8º - El juego de la noche – Vane Kattalakis

9º - Winter born

10º - Disfruta de la noche – Valerio Magno

11º - Pecados de la noche - Alexion

12º - Second chances

13º - Desnuda la noche – Wren Trigarian

14º - La cara oscura de la luna – Ravyn Kontis

15º - A hard day's Night-Searcher

16º - Amor al primer mordisco - Hasta que la muerte nos separe

17º - Fear the darkness

18º - El cazador de sueños

19º - El diablo puede llorar

20º - La luna de la medianoche -

21º - Atrapando un sueño - Xypher

22º - Aquerón

23º - One silent night

24º - Shadow of the Moon

25º - Dream Warrior

26º - Bad moon rising

27º - No Mercy

En rojo están los títulos de los libros que ya tengo, aunque me queda por terminar el de Ravyn Kontis, que estoy en ello. Así que... lo dicho, ya iré haciendo. :)

martes, 26 de octubre de 2010

verdades

El avestruz proclama que no es un águila, y todo el mundo admira su modestia.
El águila admite su noble condición, y todo el mundo desprecia su soberbia.

¿Hasta qué punto el avestruz es modesto y el águila soberbia? ¿En qué punto se traza la línea entre lo que es modestia y lo qué es soberbia? Yo ya no entiendo estas palabras, hemos llegado a un punto en que la mejor palabra para esto sería: caos.
Sinceramente, si alguien pregunta: ¿Capital de España? ¿Qué se debe hacer? Si no la sabes, obviamente no hay problema, pero si la sabes, ¿qué es mejor? Decirlo, pues conoces la pregunta y te están pidiendo una respuesta, aunque te puedes ganar el desprecio de más de uno, o callarte aunque lo sepas, por miedo a que te tachen de listo. Si es la primera vez, mejor decirlo. Una primera impresión en que seas medianamente culto no daña a nadie. Lo malo es: cuando te sabes muchas respuestas, entonces hay dos caminos muy diferenciados:
1. Decir todo lo que sabes, siempre que lo sabes, así como ser totalmente sincero con lo que sabes, eres y sientes en todos los aspectos. En este caso, los que te quieran, que serán pocos, te aceptarán tal cual eres en todas tus facetas, aunque te ganarás el odio de muchos y llenarán tu nombre de calificativos preciosos como: listo, soberbio, prepotente, etc.
2. Contestar sólo en algunas ocasiones y cuando no puedas remediarlo o sea necesario. Conseguirás llevarte bien con la mayoría a base de vivir una farsa en la que nunca eres tú mismo y siempre tienes que pensar 91723562475 veces lo que vas a decir para no ofender a nadie. Nunca conseguirás ser feliz y te amargarás, en serio, te lo digo por experiencia.

En definitiva, nunca serás del todo feliz. Pues puedes vivir siendo tu mismo, cosa que te hará una persona seguramente bastante solitaria, a veces te sentirás infeliz, insatisfecho e incomprendido, pero tendrás la alegría de ser fiel a ti mismo y a tus pensamientos. O puedes vivir censurándote día a día, cosa que te irá matando poco a poco, aunque hará que tus relaciones sociales sean mucho mejores que las de áquel que decida ser tal cuál es. Es tu decisión: ser tu mismo y acatar las consecuencias, o adaptarte al medio y acatar igualmente las consecuencias. Yo con el tiempo aprendí que la única forma que tengo de ser mínimamente feliz es la primera, aunque eso también te da muchos momentos jodidos y tristes. Eso sí, nadie dijo que la vida sería fácil.

Hablar por hablar

Cuantas veces me he enfrentado a mil juicios sin jurado... Durante toda mi vida he tenido que lidiar con mil y un comentarios sobre mí, sobre mi vida y mi personalidad. Mil veces me han pedido explicaciones, todos se han creído con derecho a juzgarme y hablar por mí. Nadie paró su vista un instante y preguntó, nunca. Siempre tuve que callar, aguantar y bajar la cabeza. Eran muchos y yo sólo una niña, pero aguantaba. Mi peor enemigo combatía en casa, él me hacía heridas que nunca sanaban, cortes que no podían verse pero que sangraban. Y crecí, maduré, aprendí. Fui capaz de continuar, de seguir hacia adelante y formarme como persona. Mis golpes nunca hicieron desfallecer mi ánimo, bañada en lágrimas supe luchar por mi futuro y conseguí con temperamento y mucho esfuerzo lo que quería. Me costó la vida llegar a dónde estoy, quizá no en el sentido de muchos otros, pero me costó.
Me costó mucho no tomarme en muchas ocasiones un bote de pastillas. Me costó mucho no contestar lo que muchos merecían oír. Me costó mucho no encerrarme en mi cuarto y no salir en años. Me costó mucho seguir creyendo en los demás incluso cuando eran ellos los que me daban palos. Me costó creer en mí y aceptarme cómo soy. Me costó aprender a vivir con mi pasado, mi cabeza y mis defectos, pero lo logré. Y no estoy dispuesta ahora a aguantar a que cualquiera se crea con derecho a juzgarme, ni por lo que soy, ni por lo que hago. Yo me he hecho a mí misma con esfuerzo, día a día, todo lo que soy me lo he ganado a pulso y me ha costado muchas lágrimas aceptarme tal cual. NO estoy dispuesta a consentir que NADIE se crea con derecho a ofenderme sin motivos o a insultarme por gusto. Yo soy quién soy, y estoy muy orgullosa de ello. Y a áquel que le ofenda oír lo que yo sé o lo que yo soy, que se mire primero dos veces antes de señalarme, porque no es más el que calla lo que siente o lo que es, sino el que dice sólo lo que sabe y calla cuando no lo sabe. Porque si molesta lo que sé, bien molestado está, peor es vivir en la ignorancia consentida. Nunca voy a volver a ese pozo, oscuro, sin fondo. No voy a volver a mi mundo negro, lleno de nubes de tormenta, lleno de dolor y de pedazos, porque no me lo merezco. Y al que se crea con derecho de dañarme, tendrá que asumir las consecuencias de sus actos. Yo soy paciente y a veces quizá idiota, pero una vez me la hacen: NO OLVIDO, JAMÁS!

domingo, 24 de octubre de 2010

Hipócritas

No puedes llenarte la boca de lo mucho que haces por los demás. NO puedes pasarte horas diciendo lo mucho que te preocupas por los demás, lo mucho que les ayudas, lo mucho que te callas, todo esto y todo aquello, y también lo otro. ¡No! Las cosas no son así. ¿Crees que por hacer cosas ya eres lo mejor? ¿Qué por no decir o hacer cosas ya vales más? Pues te equivocas, y mucho. Las amistades de verdad, las personas que realmente valen millones y que se merecen toda la felicidad del mundo, son aquellas que todo lo que hacen lo hacen porque quieren, con el corazón en la mano. No buscan reconocimiento, ni cariño, ni cualquier otra cosa, simplemente les sale así. Son detallistas, quizá inocentes, quizá tontas, pero no hacen una retahíla de todo lo que han hecho a lo largo de su vida y lo van contando en momentos de mala leche como algo malo, como que pobres de ellos... ¡no! Si lo haces por quedar bien, ¿para qué coño lo haces? Es que no lo soporto. "Todas las veces que me he callado cosas que sabía que iban a doler", "Todas las veces que hice esto y lo otro y ellos nunca lo hicieron por mí", "Todas las..." ¡YA BASTA! Lo que haces, lo haces porque quieres... y si te arrepientes, no lo hagas. Si lo haces, tienes que asumir tus actos y entender que no siempre van a ir las cosas como tu querrías que fueran, porque la vida es así. Y cuanto antes lo entiendas, MEJOR.

Encantada. La historia de Giselle - Trailer español


Una de esas películas Disney que te hace sonreír... =)

no puedo olvidar

No puedo olvidar el tono de tu voz... (8)
Quizá es eso lo que me pasa, ¿no? Que no puedo olvidarte. Quizá es por eso que no consigo dejar de soñar contigo, una vez y otra, y otra más. Cada mañana me despierto con el sabor de tus labios en los míos, con el recuerdo de tu olor en mi piel, tus sonrisas, tus miradas... últimamente pensé tanto en que eras agua pasada, sólo un recuerdo de algo bonito, muy bonito, pero que ya pasó. Pensé que lo había superado, que ese amor de tanto tiempo había desaparecido ya de una vez de mi corazón, que podría ocuparlo con cualquier otro que me enamorara con los días, pero no. O quizá sí, y simplemente son sueños inocentes que se acuerdan de ti porque eres el único que hay, porque eres el único rostro que puedo colocar en alguien a quien amar. Quizá es eso. O quizá es que mi corazón y mi cabeza, una vez más, no sienten lo mismo.
Y es que hace tanto tiempo que no te veo, tanto que no hablamos, que no sentimos. Fue mucho menos lo vivido que lo soñado, y creo que es eso mismo, a parte de nuestras largas charlas de msn lo que dio alas a un amor. Creo que era un ideal de amor, en lugar de un amor ideal. Si lo pienso, todo se basaba en lo que podríamos hacer, lo que podrías decir, lo que podría pasar... pero fue tan poco. Sí, muchas conversaciones por internet, muchos mensajes de móvil y algunas tardes en casa, pero... ninguna cita, ningún regalo, ninguna tarde real compartida, ningún momento romántico de verdad... no me dejaste, jamás. Siempre a escondidas, siempre con reparos, siempre entre la duda y la razón. Una de cal y otra de arena. Te lo perdoné todo, absolutamente todo... y aquí estoy, pensando si lo que fue es lo que sigo queriendo, o si sólo apareces en mis sueños por costumbre...

Quisiera ese amor, el de verdad... y borrarte de aquí de una vez. No fue tanto, ambos lo sabemos.

viernes, 22 de octubre de 2010

Fiebre



Febril, ardiente, nerviosa, necesitada... hace tantos días que no estás, tantos días que no vienes. No soporto tu ausencia, me está matando no tenerte aquí, a mi lado, sentirme mujer en tus brazos, no estremecerme con tus miradas, con tus caricias. Necesito tus besos, tus abrazos, tus sonrisas... ¿por qué no estás? La cama se me hace eterna, está helada, es enorme, vacía. Y es aún peor despertarse y no tenerte al lado, no poder ir a buscarte a la cocina o a la terraza, porque no estás, el piso está vacío, me parece que no es mi casa si tu no la llenas. Te extraño tanto. Oír tu voz me tranquiliza, pero entonces ansío más tu cuerpo, tus manos, tu pecho... y sobretodo tus palabras, tus susurros en mi oído, tus sonrisas y todo aquello que me dices para hacerme rabiar, para avergonzarme... ¡pero no me importa! Ven, por favor. ¡Enfádate, discutamos, grita si quieres, pero vuelve! ¡Por favor! Los segundos se me hacen eternos si no estás conmigo. Las noches parecen infiernos, la casa huele a ti y no estás, no estás. Me faltas, me faltas muchísimo.

Sonríes

Son casi las once de la mañana, entra un pequeño rayo de luz a través de la puerta semi abierta de la habitación. Estirada en la cama me parece percibir un olor a café recién hecho que llega desde la cocina. Miro la cama, no estás, otro día más que me despierto sola entre las sábanas. Se abre la puerta suavemente y apareces tú, como siempre, andas despacio y llevas en las manos una bandeja de plástico con un café solo contundente, un sándwich de jamón york y queso, un vaso de zumo de naranja y dos bombones de chocolate blanco. ¡Dios, cómo puedes ser tan asquerosamente perfecto! -¡Buenos días mi amor!- dices al mirarme, con dulzura, acercándote a la cama y dejando la bandeja sobre la mesita de noche. Aún estoy medio dormida y tengo unas pintas que da gusto verme, pero eso no te importa, ni tampoco a mí. Hay tantas cosas que ya no importan... simplemente estás ahí, al igual que yo, juntos, queriéndonos. Poco más se puede pedir. Levantas poco a poco la persiana y me besas suavemente en la mejilla, después en la frente y finalmente en los labios, entonces yo me agarro a ti y tomo las riendas, apasionadamente. No quiero un beso dulce paternal, te quiero a ti, y lo sabes. Siempre te quiero a ti. En seguida acabamos estirados, el uno sobre el otro, entre las sábanas, besándonos y ríendo. Despertar así es una gozada, ¿o no? Sonríes, una vez más, pides paz y me acomodas la almohada. Te sientas a mi lado y me dejas la bandeja del desayuno. -¿Por qué me cuidas tanto? No me merezco tantísimas cosas. ¿Sabes que eres un sol?/-No lo soy, sencillamente te quiero, y esto es una tontería, sabes lo mucho que te gusta verte sonreír... y con lo que te cuesta a ti levantarte, así consigo que no sea un suplicio, ¿o no?-. Entonces me dan ganas de decirte que por qué eres tan perfecto, pero sé que simplemente somos así, tal cual y que todo se basa en que nos conocemos muchísimo e intentamos convivir lo mejor que podemos. Te quiero. Te quiero. Te quiero. Aunque no me llevaras el desayuno a la cama, aunque no me cuidaras tanto, aunque no estuvieras siempre ahí, aunque me hicieras enfadar, aunque no fueses perfecto... gracias por quererme tal cual soy, eso es lo único que me importa.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Damon.


THE VAMPIRE DIARIE'S
Damon. :)

El malo de la película

Damon Salvatore, el malo de la película... pero, ¿qué gracia tendría todo esto sin él? Sin duda alguna, Stefan es un amor y una monada, pero no puede competir con la malicia y los ojos de Damon. Sí, soy una pecadora, no me puedo resistir a los malos. ¿Qué le vamos a hacer?

Hablando claro.

Guarra, has dicho ¿no? Guarra es tu manera de llamarme, como podría ser, por ejemplo, degenerada, suelta o cualquier otro tipo de palabra despectiva en relación a esto: el sexo. Te crees mejor que yo ¿verdad? Tú eres una chica fina, guapa, como se debe ser, liberal pero no abierta de piernas. Eso es lo que dices ¿no? Pues lo siento, pero lo único que eres es una auténtica embustera que no es capaz de entenderse a sí misma ni aceptar a los demás.
¿Guarra yo? ¿Por qué? Porque no tengo reparos en decir lo que pienso sobre sexo, ni tengo miedo a disfrutarlo, preguntar o probar todo aquello que quiera. Porque me masturbo. Porque hablo de todo lo que quiero con mis amigos, y con chicos que no conozco. Guarra porque escribo relatos eróticos. Guarra porque veo porno y porque me descargo películas. Guarra porque me gustan los juguetes sexuales y tengo un vibrador. Guarra porque les sigo el juego cuando intentan bromear sobre sexo, porque no tengo reparos en vivir mi vida a mi manera y porque quiero disfrutarla. Guarra porque sé de sexo, de anticonceptivos y de posturas. Guarra porque leo sobre ello y además intento que mis amigos también sepan todo lo que sé. Guarra porque no me avergüenzo de cómo soy o lo que quiero, y porque hablo de sexo cuando quiero y dónde quiero, sin problemas. Guarra porque me parece que hacerle una paja o una mamada a un chico es una de las mejores cosas que hay en el mundo. Guarra porque me pone hacerlo de pie en la ducha o sobre la mesa del comedor. Guarra porque fantaseo con hacer mil y una cosas. Guarra, guarra, guarra.... quizá si te pararas un momento a pensar y fueras capaz de mirar hacia ti misma, y conocerte, verías que no nos diferenciamos tanto. Y que todos esos insultos y problemas que ves en mí, no son otra cosa que el fruto de la negación de tu propia sexualidad y los miedos que tienes, así como tapujos y normas absurdas de disfrutar del sexo, asumir tu responsabilidad y aceptar que la mujer es tan sexual o más que el hombre. Y que mientras nosotras nos cerremos en banda de esa manera, no habrá manera de conseguir un mayor disfrute y un tratamiento mucho más sano de la sexualidad en toda nuestra vida, desde que nacemos, que no sea algo tabú, ni malsano, ni abominable. Entender que es algo natural, que debe irse conociendo con los años y que poco a poco descubrir nuestra sexualidad en nuestra adolescencia y disfrutarla primero en soledad y posteriormente en compañía aprendiendo, preguntando y probando es lo mejor que puede pasarnos.

Quizá para muchos seré una guarra, pero deberían mirarse ellos dos veces antes de señalarme.

Escribir.

Y en ocasiones me planteo, ¿por qué escribir? ¿Por qué escribo? ¿Qué tiene esto de especial como para que me llene tanto, para que a veces incluso me obsesione? Palabras, silencios, comas... tantas cosas, son pensamientos hechos frases, sentimientos plasmados en palabras. Pero, ¿por qué? ¿qué tiene esto de especial o de interesante? En realidad, no lo sé. Quizá es eso lo que tiene tanta importancia, ¿no? Que es algo nato, que necesito, al igual que respiro o como, el escribir forma parte de mi misma, de mi vida diaria, mi esencia. Sé que si no escribo, me falta algo, que me muero por dentro si pierdo esas palabras tan importantes... que quizá no significan nada, pero no importa, las tengo, las necesito, tengo que decirlas, que plasmarlas. Quizá eso es tener alma de escritora, quizá eso me diferencia de algunos otros. Quizá no, quizá sólo soy una niña obsesionada que se cree alguien y que sueña con un futuro que nunca tendrá, porque sólo es una más en un camino lleno de gente, una más de tantos otros que creen tener algo que decir que aún no se ha dicho. Pero me daría tanta pena... me sentiría tan absurda, tan vacía. Lo único que me llena, lo único para lo que realmente creo que sirvo, y no es lo mío. Sería lo peor, sería el final, perder ahí todo lo que soy, porque al final... soy palabra, mi esencia es ésta, el escribir, relatar, contar, plasmar en frases qué siento, qué sueño, qué quisiera ser, qué quisiera tener, o qué viví, cómo lo viví y cómo me afectó. Seguramente sin palabras, sin este don, sin esta esencia, todo lo que he vivido no sería tan fácil de asumir, seguramente me atormentaría mucho más mi historia si no la hubiera contado ya en muchos momentos en este blog, o en mi diario, o con amigos... porque contarlo sana, contarlo cura, te llena, ayuda a cerrar esa herida y pasar página, lo aseguro, lo sé, lo he vivido. Pero aún me queda tanto por decir, seguramente muchas alegrías y muchas penas que contar, muchas historias en mi cabeza que aún no acaban de encajar del todo, pero que están ahí, vivas, pugnando por salir. Quedan muchas lágrimas, muchas sonrisas, y mucho sexo que contar, porque me gusta contarlo, me gusta describir esos momentos, contar esas sensaciones, esos placeres, no me avergüenza para nada, porque la vida es eso, y creo que vivirla al máximo tiene que ver con ser yo misma y contar aquello que siento y pienso. Y pienso que es bueno, interesante, divertido, relajante, placentero... y todo lo que sueño, pienso o siento lo plasmo, porque vale la pena, porque no se habla, ni se cuenta, pero está ahí, presente en tantas cosas... y hace falta ser realista y contar las cosas tal cual son, sincerarse, y abrir mentes, sólo así se alcanza aquello que se asemeja realmente a la felicidad. Hay que ser sinceros, ser tal cual somos y vivir tal cual sentimos, sino... ¿qué nos queda?

Quiero vivir tantas cosas, para luego escribirlas en un papel... aunque sé que me faltará tiempo, y cómo no... tinta.

lunes, 18 de octubre de 2010

en cualquier lugar

No importa el sitio, ni el cuándo... sólo importa el quién, contigo, y el cómo, que puede variar: suave, rápido, muy lento, durante horas, fogoso, salvaje, dulce, romántico...
Me paso las horas pensando en ti, pensando en cuándo será la próxima vez, cuándo volveré a verte, cuándo sentiré de nuevo tus manos en mi piel, acariciándome. Anhelo tus besos como nunca creí que podría desear nada, parece que todo me quema por dentro cuando no estás cerca. Ansío escuchar tu voz susurrando mi nombre, sentir tu aliento en mi piel, tu mirada recorriendo cada centímetro de mí, tan pícara como siempre, con esa sonrisa en tus labios, atrevida, sin ningún tipo de pudor o vergüenza. Ojalá estuvieras aquí, te deseo, te añoro tanto... necesito estar contigo, una y mil veces, nunca estoy saciada, nunca me canso de ti, ni de esto, me haces tan feliz. ¿Por qué? Ya no sé qué pensar o qué sentir, sólo quiero estar ahí, contigo, dónde sea, cómo sea, pero ya. Quiero tocar tu piel, besar tus labios, abrazarme a ti, gemir, durante horas, sin miedo, sin tapujos, dejarme llevar, sentirme deseada y mujer, aprovechar las horas en algo productivo, contigo.

Estoy desatada, lo sé, pero es culpa tuya. No tardes, te espero...

sueños

Abro los ojos, estoy soñando, lo sé, pero a veces en estos momentos en cuando más consigo lo que quiero, cuando más me acerco a lo que yo considero verdadera felicidad. Te veo, sonrío, estás aquí, a mi lado, tan cerca... y eres tal cuál yo desearía. Eres delante de todos como eres en realidad, como cuando sólo estás conmigo. Y nos miramos, sonreímos, me abrazas, me siento tan feliz en tus brazos, tan protegida. Entonces ellos hablan de ti y de lo mucho que vales, dicen todo lo que yo hace años digo, dicen todo lo que yo sé que eres y me siento tan orgullosa. Me siento feliz y apuesto por ti, por nosotros, no me importa reconocer que te quiero y que voy a luchar por esto. Pero es un sueño, y yo lo sé, pero aprovecho esos minutos para abrazarte otra vez. Y para besar tus labios, y dejar que me mimes, y sentirme realmente querida. Saber cómo sería esto si tú realmente te atrevieras a ser tu mismo y te la jugaras por nosotros... pero eso nunca sucederá, lo sé. Por eso sólo pienso en ti cuando sueño, sólo mi subconsciente piensa en ti mientras estoy dormida. Aunque en el fondo, seguramente, tengo que reconocer que quizá te sigo queriendo muchísimo aunque no quiera pensar en ello.

SOBRE EL CONTENIDO

No se permite la reproducción total o parcial y en ningún soporte y para fines comerciales, de ninguno de los textos de esta página, sin que medie la autorización del autor. Los textos de esta página son para uso personal de su autor, y en caso de que terceros los utilizaran total o parcialmente en cualquier publicación venal (bien virtual o por cualquier otro medio presente o futuro) se citará siempre la autoría y la fuente original, creando si fuere posible, un vínculo a la misma.Todo el contenido literario de este blog, salvo indicación expresa que se haga, es propiedad de Neus Cámara Gutiérrez.2009.