jueves, 30 de septiembre de 2010

Enrique Iglesias, Juan Luis Guerra - Cuando Me Enamoro

Yo.



No siempre aquello que parece ser, es.
No siempre lo que brilla, es caro.
No siempre el que ríe, es feliz.
No siempre pensamos lo que decimos.
No siempre soñamos lo que vivimos.
No siempre enseñamos lo que somos.
No siempre queremos a quien toca.
No siempre nos la jugamos por lo que vale la pena.
No siempre tenemos razón.
No siempre...

Pero yo, SIEMPRE soy yo.

A veces..


A veces...
quisiera ser valiente de verdad.
quisiera ser sincera totalmente.
quisiera bailar hasta desfallecer.
quisiera ser una niña de nuevo.
quisiera reír hasta quedarme sin fuerzas.
quisiera sonreír como cuando no había responsabilidades.
quisiera disfrutar como una enana.
quisiera aprender a ver el mundo con otros ojos.
quisiera ser capaz de mentir cuando hace falta.
quisiera poder conseguir todos mis sueños.
quisiera valorar más lo que me brinda la vida.
quisiera recompensar a todos los que me dan algo.
quisiera poder cambiar el mundo.
quisiera poder ayudar a los que lo necesitan.
quisiera ver sin juzgar.
quisiera que los demás pudieran entenderme de verdad.
quisiera que una palabra lo fuera todo.
quisiera retroceder en el tiempo.
quisiera aprovechar una oportunidad que perdí.
quisiera morderme la lengua cuando no lo hice en su momento.
quisiera decir te quiero cuando tocaba.
quisiera conocer a personas que ya no estaban cuando nací.
quisiera saber mucho más de lo que sé.
quisiera ser más necia de lo que soy.
quisiera no ser tan inocente.
quisiera no creer ciegamente en las personas que creo.
quisiera ser lo suficientemente buena para los que me quieren.
quisiera aprovechar más el tiempo.
quisiera comprender más cosas.
quisiera reír más y llorar menos.
quisiera... hacer tanto, decir tanto, callar tanto.
quisiera morir, y al segundo me arrepiento.
A veces soy yo misma y me enorgullezco de ello.
A veces no soy yo y me pierdo.
A veces... me doy cuenta de todo y entonces, sonrío y pienso.
A veces, sólo a veces, te quiero.

Soldados de Salamina - NUEVO BLOG

Reseña Soldados de Salamina

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Oscar ^^


ÓSCAR FELICITATS!!
Aquest noi tan guapo, avui fa 18 anyets! I com és una d'aquestes amistats que deixen molt a dins nostre, doncs el volia felicitar d'alguna manera especial.
Què dir? Ben poc. És especial, únic, divertit i una mica massa ell, però això es part del seu encant. Sigui com sigui, sempre em tindrà si em necessita i espero no perdre'l, perquè per mi es una d'aquestes amistats que et completa, es part de tu.
ESPERO QUE ET VAGI TOT MOLT BÉ!
T'HO MEREIXES.

Amb amics com aquests, no fa falta cel.

Ese viernes maldito

Era viernes, otro inútil y aburrido viernes. Me había levantado a las ocho menos diez, como siempre, había desayunado un café bien cargado y un par de galletas de chocolate y había elegido un conjunto elegante y poco vistoso de mi abultado armario. Zapatos de tacón, pelo recogido en un moño, mis gafas y mi pequeño bolso negro. Las llaves del coche, los papeles, las llaves de casa, el monedero y el móvil. Todo listo.
Abrir el garaje, sacar el coche y dirigirme a mi trabajo. A las nueve menos doce minutos ya había aparcado y mi mano sacaba la tarjeta de mi monedero, mientras subía en el ascensor de la derecha a la quinta planta. Entrar con la tarjeta, fichar, dejar el bolso, abrir el ordenador y saludar a Marcia, que era la única que ya estaba en su sitio. Comprobar el correo, avisar a mi jefe de mi llegada, pasar por la planta dos a buscar la correspondencia del día y, como no, llamar a mi hermana María para que se levantara. Las nueve en punto: empezar a trabajar. Por delante cinco horas de trabajo en el edificio y muchas más de trabajo en casa. Otro día más en ese absurdo empleo administrativo, otro día más de corrección, redacción y llamadas sin sentido. Otro día de "Sí señor Gómez", "Por supuesto señorita Biels", "Ahora mismo le paso señoría"... si mi vida iba a ser siempre así, estaba segura de que antes o después un cataclismo interno iba a acabar conmigo y mi cordura, si es que quedaba algo de ella en mí.

En otro viernes absurdo, monótono y aburrido, cambió todo. Me llamaron de la editorial diciéndome que publicarían mi libro ese mismo mes, las pruebas médicas abalaron que mi madre había superado con éxito su cáncer de hígado, María consiguió por fin la custodia de sus hijos, Helena, mi otra hermana, consiguió por fin trabajo en Londres y pudo irse a vivir con su pareja allí... y bueno, yo, a parte de conseguir ese querido sueño de poner mi nombre en un trozo de papel, conseguí lo que más anhelaba en el mundo: encontrar a alguien con quién compartir todos mis sueños, alguien a quien querer más que a nada en el mundo. Ese día te encontré a ti, y nada podría compararse a la felicidad que sentí cuando me miraste por primera vez, la felicidad de esa conexión casi mágica, de esa sonrisa que sólo tú podías sacarme.

Y luego vinieron tantos días felices. Recuerdo la primera vez que oí tu voz, la primera vez que cogí tu mano, la primera vez que me abrazaste, la primera vez que lloré en tus brazos, el primer roce de labios, la primera caricia, el primer atisbo de deseo en tus ojos, el primer te quiero susurrado en mis oídos, la primera discusión, la primera noche juntos, la primera vez que dormí en tus brazos, la primera vez que supe lo que era unirme en cuerpo y alma a otra persona, la primera vez que no podía parar de reír contigo, la primera ducha juntos, la primera cena romántica, las primeras confesiones... tantas, pero tantas cosas. Y lo mejor es que hubo tantas segundas veces, y tantas terceras, tantas cuartas... es una historia sin final, un principio muy claro que sólo tiene presente y futuro, que no acaba, que me contiene por entero, porque eres lo mejor que me ha pasado en esta vida y lo único que puedo decir es que Te quiero como a nada en este mundo y agradezco ese maldito viernes en que te chocaste conmigo y me caí al suelo, ese viernes en que te grité por descuidado, ese viernes que quisiste invitarme a un café para compensarme por ese encontronazo... ese viernes en que empecé a enamorarme de ti.

martes, 28 de septiembre de 2010

Cariño negado

Lágrimas de hielo.
Otra vez, no cesa.
¿Por qué? ¿Qué hice?
No importa, ¿verdad?
Sea lo que sea gritarás,
romperás mi corazón.
Sólo soy un objeto,
de tu abultada colección.
Deja ya la farsa,
todos somos conscientes.
Esto no te importa,
ni tan siquiera lo sientes.
Sólo son palabras, dijiste.
Palabras en el viento.
No significan nada,
explosiones del momento.
¡Como pudiste! Pensaba.
Luego lo comprendí.
No te importaba nada,
si me veías sufrir.
Lágrimas que caen ahora,
mejillas abajo sin cesar.
Lágrimas que como el hielo
frías y duras están.
Duele, dios mío, duele,
duele como nunca dolió.
Entendí cuál fue la historia
y mi alma se partió.
Corre al bosque, cae, reposa.
Quizá el alma descanse aquí.
Mas sabes que incluso dormida,
no podrás poner un FIN.
Sus palabras hacen eco,
se repiten sin parar,
y por mucho que las callo,
nunca dejan de sonar.
Sólo su amor deseaba,
era cuánto quise siempre.
Mas por mucho esfuerzo y ganas,
nunca fui lo suficiente.
Adiós, grito hoy: adiós!
Espero que con los años,
tu también seas sólo viento.
Y con cariño y amores,
ponga un FIN a este tormento.

Dedicado al padre que me robó con sus palabras mi FELICIDAD.

Encontré antídoto.

Estar enamorada siempre fue un veneno para mí. Es algo que no se puede explicar, sólo lo sientes, y yo elegí a la persona equivocada. No digo que no fuera un amor de verdad o que él no valiera la pena, al contrario, pero nuestra relación era imposible. Durante años me negué a pensarlo, me dolía el simple hecho de que esas palabras rondaran por mi cabeza. Le quería, y eso era lo único que me importaba. Me estaba consumiendo por dentro y conseguía dañarme más de lo que me hacía bien, era como un vaivén incesante de bueno y malo, dónde lo malo siempre se llevaba la mejor parte.

Recuerdo perfectamente sus palabras y sus sonrisas. Olvidaba sus desprecios y humillaciones cuando me decía al oído que me quería, me olvidaba de todas las lágrimas que había derramado y de todas las mentiras que tenía que contar para no hacerle enfadar sólo con que me mirara, sólo con sentirle cerca, con saber o más bien creyendo saber que le importaba. Todas esas veces que él me negó delante de los demás, todos los insultos, risas y burlas de él y de todo mi alrededor, me las tragaba y las dejaba pasar. Intentaba creer en él y le perdonaba todo cuánto hacía, aunque eso me estuviera matando. No sé cuantas lágrimas derramé por su culpa, ni las veces que me tuve que enfrentar a mis compañeros de clase, las veces que tuve que mentirle a mis amigos y las veces que tuve que comerme el "MENTIROSA" contando la verdad. Recuerdo que jugaba con veinte chicas a la vez, que tenía dos o tres novias, y que les prometía a todas lo mismo... pero siempre me decía que yo era especial, que yo era su verdadero amor y que en un futuro próximo estaríamos siempre juntos. Me contentaba con tenerle en mi casa por las tardes, a solas, escondiéndonos del mundo. Aceptaba que nunca quisiera salir a la calle conmigo y le creía cuando decía que sólo era por comodidad, aunque en el fondo sabía que lo que pasaba es que se avergonzaba de todo lo que pasaba entre nosotros y no quería que nadie nos viera. Sufrí tanto... él era un auténtico veneno que me recorría las entrañas y me tenía completamente presa, hiciera lo que hiciera no era capaz de escapar de él. Han sido casi cinco años de desvelos, lágrimas, mentiras, humillaciones y dolor. Cinco años de buenos momentos que no valían la pena en consonancia con todos los malos ratos que tuve que pasar, y con la tristeza de saber que él nunca se atrevería a luchar por mí y a demostrarse a sí mismo que me quería. Que yo podía ser esa chica que lo hiciera feliz aunque no tuviera la belleza canónica que se lleva, o no fuera todo lo guay y perfecta que podría ser. Pero, él sabía perfectamente que con nadie congeniaría como conmigo, que no encontraría alguien que lo entendiera a tantos niveles y que lo conociera tan a fondo, y mucho menos, encontraría a una chica que lo quisiera tanto como yo.

Igualmente, él eligió. Yo sólo fui una más de una gran lista, una como cualquier otra. Pero el veneno se volvió en su contra y para cuando se quiso dar cuenta de lo mucho que yo le importaba, a mi dejó de importarme él... poco a poco, hasta que esto se ha convertido en una amistad forjada por mi parte día a día a base de lástima y de compasión. Ahora que lo está pasando mal no voy a abandonarle, me he dicho muchas veces. Y en verdad siempre le querré mucho, pero... me da pena que de tanto, quede tan poco.
Al menos me alegro de haberme curado de ese veneno que me corría por dentro. Ser yo otra vez y estar abierta a mil caminos, dejar atrás esta senda que concluye hoy con estas palabras y empezar otras muchas. Hoy empiezo a volar libre.

viernes, 24 de septiembre de 2010

Ser o no ser.

Ser o no ser, ésa es la cuestión decía un tal William Shakespeare. Hace muchos años ya de esa frase, y sigue siendo tan cierta ahora que en el mismo momento en que fue escrita. Ser o no ser. Vale la plena pensarlo, quizá unos minutos al día. Podría resumir toda la esencia humana, pues puede dar respuesta a todo cuánto sucede. ¿Ser o no ser gracioso? ¿Ser o no ser buena persona? ¿Ser o no ser valiente? ¿Ser o no ser realista? ¿Ser o no ser padre? ¿Ser o no ser buen amigo? ¿Ser o no ser sincero? ¿Ser o no ser fiel? Y otras muchas preguntas. Más las dos realmente importantes, íntegramente entrelazadas, son las siguientes: "Ser o no ser yo mismo" y "Ser o no ser feliz". Creo que es bastante cierto que ninguno de nosotros puede ser feliz, sin ser antes él mismo, pues todas las máscaras, burbujas o impedimentos que tapen nuestra verdadera esencia nos impiden llegar a la verdadera felicidad.

Esta entrada va por los que no son ellos mismos, por los que por mucho que ansíen esa felicidad no la van a encontrar hasta que enfrenten sus fantasmas y vivan su vida tal cuál la sienten. Por los que no se atreven a vivir como les dicta su corazón. Estas palabras van por aquellos demasiado cobardes para ser ellos mismos, por los que el miedo ha ganado su batalla y se esconden tras mil caretas. Por los que no se atreven a enfrontar su vida, los que no aceptan sus gustos, los que no salieron del armario, los que no eligieron lo que querían en lugar de lo que les convenía, los que siguen con amistades que les van bien pero que no les hacen felices. Hoy va por los que no creen en ellos, por los que no se la jugaron por si mismos, por los que no avanzan porque no son capaces de mirarse a un espejo y reconocerse. Por los que no saben lo que es ser ellos mismos frente al mundo y aceptar las consecuencias. Por los que viven preocupándose del qué dirán, de lo que piensan los demás, en lugar de escuchar su propio corazón y vivir su vida tal y como quieren. Hoy va por vosotros, cobardes del mundo. Por todo lo que os perdéis y las grandes mentiras que creáis a vuestro alrededor. Por aquellos grandes momentos que nunca viviréis, por las personas que dejaréis de conocer, los sitios que dejaréis de visitar, las risas, las lágrimas... todo aquello que jamás formará parte de vuestros recuerdos, porque no tuvisteis huevos de luchar por lo que realmente queríais. Por todos los sueños que serán sólo sueños, por los deseos que jamás serán escuchados, los perdones que no pedisteis y los amores que nunca vivisteis.

Es una pena que en esta vida, tanta gente prefiera seguir viviendo tras una máscara de algo que no son a reconocer su esencia al 100% y vivir su vida completa y feliz. Mas, vosotros os lo perdéis. Por todos los que nos la jugamos y caímos, lloramos y volvimos a jugárnosla. Porque la vida sólo se vive una vez, y la oportunidad una vez se pierde nunca vuelve. POR SER YO MISMA Y TENER HUEVOS A ENFRONTAR EL MUNDO.

Eminem - Love The Way You Lie ft. Rihanna


No deja de sonar en mi cabeza, me tiene absorta.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Primeros artículos.

Mujer asesina a su marido con un calzoncillo por 12.000 €.

18 Junio 2010. María Dolores de 32 años residente en Dos Hermanas, Sevilla, acabó con la vida de su pareja Fco José usando como arma uno de los perniles del calzoncillo para asfixiarlo. Habiendo recibido los 12.000€ por la venta de un piso, ella drogó a su acompañante y lo llevó a la habitación del hostal. Aprovechando su estado lo ahogó con la prenda, y posteriormente guardó el dinero y llamó a la Policía. La acusada, para quien la fiscalía solicita una pena de 18 años de cárcel por homicidio e intento de hurto, será juzgada en los próximos meses.

TITULAR

- Michel, jugador del Real Madrid, tocó literalmente los genitales del defensa pucelano, Valderrama, intentado así provocarle.

- El madridista Michel provocó a Valderrama durante el encuentro tocándole los genitales.

Una pequeña travesura que acaba con final feliz

Ayer, ocurrió un pequeño suceso que finalmente acabó bien: una niña de 8 años salió a pasear al perro y acabó perdiéndose en el laberinto del parque cercano. La madre sin noticias de la pequeña, alertó a las autoridades, que ya bien entrada la noche la buscaron con linternas por la zona. Unos paseantes dieron las indicaciones pertinentes a los policías que la encontraron en seguida. Laia, objetó que había salido porque quería estar al aire libre.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Comparaciones metafísicas



Quizá hoy encontré una de las comparaciones más absurdas pero bonitas de mi vida, me ha hecho sonreír nada más pensarlo, me encanta.

Yo soy como el Tibidabo. Desde toda Barcelona se puede ver, y en él se ve toda Barcelona. Depende dónde te sitúes o dónde camines es muy posible que no puedas verlo, que no aparezca ante ti, pero está ahí, siempre está ahí. Igualmente, de la misma forma, si pones empeño y te mueves hacia un lado o hacia el otro, siempre aparece, ahí, frente a ti, colosal, en lo alto, que parece que lo llena todo sólo con su imagen.

Yo, obviamente no lo lleno todo con mi imagen, ni soy colosal, ni aparezco en lo alto... pero me gusta la comparación metafórica que se puede hacer entre ese increíble lugar y yo. Para mis amistades, a las cuales yo siempre tengo presente, en algunas ocasiones no estoy visible, no pueden verme, pero estoy ahí. Igualmente si ellos se mueven un poquito me ven, porque estoy ahí, siempre estoy ahí, nunca me muevo.

Pues eso, soy... como el Tibidabo ^^

lunes, 20 de septiembre de 2010

56 muertas este año, ¿cuántas hacen falta?

La última mujer en unirse a esta lista falleció ayer a manos de su marido en Córdoba, el cuál después de un hecho tan atroz decidió tirarse desde una torre para acabar con su vida. Este suceso, por desgracia, ya se ha repetido otras 55 veces en lo que va de año y lo peor es que nadie garantiza que este número no aumente de aquí a diciembre.
La pregunta que hay que hacerse ahora es ¿cuántas más hacen falta para que la sociedad tome consciencia de este grave problema? ¿Cuántas más han de morir para que esto cambie? Estamos a diario preocupados de los accidentes de coche, de la crisis o de la subida de impuestos, temas obviamente muy transcendentales, pero... ¿y esto? ¿Acaso la muerte de una mujer a manos de su marido es menos importante de la muerte de cualquier persona mientras conduce?
No bastan las leyes de alejamiento o las penas reducidas por buena conducta, SON ASESINATOS. No podemos volver la cara ante estos sucesos, la sociedad nos necesita, ellas nos necesitan. El único camino posible es la educación de las próximas generaciones, la buena aplicación de las leyes ante tales agresiones y la ayuda a aquellas que lo padecen. Hay que hacer entender que alguien que te quiere nunca te haría daño a ese nivel, que una paliza no es un acto de amor y que quien pega una vez, lo hace muchas más. Igualmente, también es importante reivindicar que la violencia de género no es sólo física, puesto que aunque un golpe duele, un maltrato psicológico continuo puede doler muchísimo más, y esas heridas tardan mucho más en cicatrizar. Y no importan nada estas palabras o estos pensamientos, si mañana el número aumenta y dentro de una semana vuelve a crecer. Tiene que cambiar, y sólo nosotros mismos podemos propiciar ese cambio. Ellas se merecen tener una vida, no se la arrebatemos.
La locura es mi estado emocional. La rareza mi mayor característica. La felicidad mi meta. La gloria mi sueño. Ser yo misma mi camino. La música mi compañera. Y ellos... lo mejor que me ha pasado :)

UPF - Facultat de Comunicació - Periodisme


Avui començo la Uni i volia deixar constància al meu blog amb alguna coseta. Ja conec a alguns companys i estic desitjant començar classes i aquesta nova vida que canvia per complet avui. Espero que vagi tot bé.

Hoy empiezo la Uni y quería dejar constancia en mi blog con alguna cosa. Ya conozco a algunos compañeros y estoy deseando empezar clases y esta nueva vida que cambia por completo hoy. Espero que vaya todo bien.

Taylor Swift - Tim McGraw


Preciosa, sencillamente.

Música


La música cura. Puede que a algunos les parezca una tontería, puede que para muchos la música se resuma a algo que escuchar cuando no tengo nada que hacer, o sonidos que sirven para bailar. Para mí, en cambio, es una compañera fiel y un bálsamo que cura mis heridas.
Quizá por eso me gustan tanto las baladas, la música tranquila. Igualmente la música, por buena que sea, nunca me llena de la misma manera que las palabras que lleva. Tal vez escoja música en castellano más habitualmente, tal vez. Sólo sé que esa tristeza profunda de mi corazón está sanando, que la música me apacigua mejor que muchas otras cosas. Ahora mismo oigo Taylor Swift, es inglés, sí, pero a ella la entiendo como si fuera yo misma, como si esas letras las hubiera compuesto yo, es algo extraño. Puede que a muchos os parezca una barbie cantando música para nenas, pero la verdad: no me importa, a mí me hace feliz.


Triste

A esta sensación horrible que te apresa todo el cuerpo, te quita las ganas de sonreír e impregna tus ojos de una sustancia acuosa bastante salada que no tardará en ser expulsada, se la conoce con el común nombre de: TRISTEZA. Sí, lo sé, no te gusta, ¿cierto? No es agradable estar triste, te deja como bajo de energía y te quita las ganas de todo. Lo sé, lo sé muy bien. La pregunta que tienes que hacerte es por qué estás triste. Una vez sepas la razón de tu melancólica sensación, es más fácil ponerle remedio. ¿No lo sabes? Pues yo sí, perfectamente. Lo malo es que no puedo ponerle remedio, yo, no puedo hacer nada. Sólo olvidar, dejar pasar el tiempo y que cure las heridas, que limpie todo esto y ya sólo sea un gracioso recuerdo. Sé que va a costar, pero la distancia y las pocas veces que le vea ayudarán a poner tierra de por medio en este asunto. Sí, lo sé, eso no quita el malestar ahora mismo, aún más, lo agrava. Lo sé, es una sensación vertiginosa que parece que te corroe entero, es como un veneno muy fuerte que no te deja ir. Igualmente tienes que sobrellevarlo y aguantar, buscar consuelo en otras muchas cosas, ayudarte de quienes te quieren y aceptar que la vida es así. Una buena amiga me dijo que no siempre el mundo es color de rosa, yo aún quiero saber cómo es el mundo cuando se pone de color de rosa porque lo máximo que yo vi fue ver mi mundo cambiar de negro a gris, y de gris a negro. Y sí, quizá soy pesimista, quizá estoy obnubilada por esta tristeza y no me deja ver más allá, pero es lo que siento. Tampoco que vais a negar que yo no he recibido un millón de palos a lo largo de mi vida, estoy casi acostumbrada a llorar y estar triste, casi ha sido el pan de cada día durante muchos años. Perdonadme si soy así de bestia, pero la realidad hay que contarla. Después de hacerlo realmente te quedas mejor, y además prometí hace mucho que tiempo que iba a empezar a romper mi burbuja y a ser yo misma, y serlo, por desgracia, cuenta con contar todo lo que siento y sufro, por jodido que sea leerlo. Sí, estoy triste, y me siento idiota. Aunque eso, tampoco es nada raro.

Antes de sentir, piensa.

domingo, 19 de septiembre de 2010

Y ahora...

¿Qué pasa cuando estás esperando a que pase algo que crees que es inevitable y de repente el destino te cambia por completo las cosas y te da una de cal? Ahora mismo sólo podría decir: no entiendo absolutamente nada. Me siento idiota, absurda... a esto se le llama negar la evidencia, se le llama no querer ver lo que está delante de los ojos.

Para otra vez... piensa antes de sentir.

sábado, 18 de septiembre de 2010

sus dedos..

Miro sus ojos de nuevo, está tan cerca, a menos de un metro. Se acerca, rápidamente, como siempre, y en menos de nada ya siento la yema de sus dedos en mi piel. ¡Dios sí, cómo te echaba de menos! Está frente a mí y pasa sus manos por encima de las mías, sube brazo arriba, acaricia mis codos y poco a poco sube hasta mis hombros. Descansa un instante las manos ahí y a la vez las sube por mi cuello, con calma, hasta llegar a mis mejillas, poniendo sus dedos entre mis cabellos. Levanta mi cara para que le devuelva la mirada y me sonríe. Avanza un paso más y nuestras frentes se tocan, no dejo de mirar sus ojos, me embriagan tanto... entonces subo mis manos a su cintura y lo abrazo, él sonríe y se acerca un poco más, ahora noto su nariz. Sus labios están tan cerca, tan cerca. Suspiro, ansío ese momento como un hambriento ansía un trozo de pan. Y, una vez más, voltea sobre mí y se pone justo detrás, siento su aliento en mi pelo, su espalda, sus brazos... Respira el olor a frutas que queda en mis cabellos, el olor de ese champú que tanto le gusta, luego aparta los mechones poco a poco y aspira el olor en mi piel, justo en mi nuca. Entonces me da un beso ahí, suave, rozando mi piel apenas un milímetro. Espera un segundo y me da un beso justo al lado, y al segundo siguiente otro, siguiendo una línea hacia mi cuello, hacia la clavícula. Aparta la tela de la camiseta y sigue, ya llega a la clavícula y mi corazón ya late fuerte, muy fuerte. Toda mi piel está sensible, en tensión, mi cuerpo lo espera, nervioso, ardiente de deseo. Él para, entonces pasa su mano por mi cintura y me abraza dulcemente, posa sus labios en mi oído derecho, despejado de cabello y susurra. Eriza mi piel con esa voz masculina y medio rasgada, viril, muy segura. "Me muero de ganas de besar cada poro de tu piel" me dice, y yo ya no sé que hacer, no puedo casi ni respirar. Me tiemblan las piernas, mi cabeza da vueltas y su olor empieza a embriagarme. Entonces él vuelve a su lugar inicial, frente a mí, rozando mi frente, vuelvo a sentir su nariz y entonces sus labios, dulces, suaves apresan los míos, muy lentamente, un beso muy inocente. Yo acelero el ritmo y él se ríe, encantado con mi excitación, pero no me para, toma las riendas y me besa apasionadamente. Apresa mis labios con los suyos y me acaricia con su lengua, pasa una de sus manos por mi pelo mientras la otra me aprieta contra él, abrazándome a su cuerpo. Separa sus labios de los míos y me mira, sus ojos están llenos de deseo, me desnuda con la mirada y eso me encanta. Poco a poco besa mi mejilla, mi oreja y baja lentamente por mi cuello. Sabe perfectamente que esa zona es muy sensible y aprovecha para acariciarla con su lengua, yo me derrito, no hay nada comparable a esos momentos. Yo suspiro, estoy en otro mundo, en otro lado, sólo con él, no existe nada más. Y entonces, cuando creo que ya no puede haber nada mejor, me coge en brazos, como tantas otras veces y nos vamos a disfrutar nos, a comernos a besos y a sentirnos completamente, sólo los dos. En esos momentos quisiera que el tiempo se parara eternamente y no tener que volver a nada, sólo quedarme ahí, con él, en sus brazos.
¿Dónde será esta vez? La ducha, la cama, la mesa del comedor, el sofá, la pared, la encimera de la cocina, la terraza... no importa, sólo quiero estar con él. Tócame, sólo tócame. Me conoce tan a fondo que no hay nada que pueda decirle que ya no sepa.
Esta vez me mira y me besa, con ansia, me deja en el suelo, en pleno comedor y me sonríe. "¿Qué quieres hacer hoy?" pregunta. Apenas puedo hablar, no soy capaz de hilar bien mis pensamientos y no me importa lo más mínimo dónde, sólo le quiero a él. "Te quiero a ti" es lo único cierto, lo único que soy capaz de decir. Él sonríe, lo sabe de sobras, así que se quita la camiseta y la deja en el pomo de la puerta, vuelve a acercarse a mí y me besa mientras pasa sus manos por mi cintura y va delineando mi figura con sus manos mientras sube mi camiseta. Yo no dejo de mirar su cuerpo, me encanta mirarle, no hay nada que pudiera desear mejor que él. No me importa que no sea el más guapo, o el más fuerte o el más atractivo. Para mí lo es absolutamente todo, y no me imagino a nadie que se le pudiera comparar. Tan cerca de él, ya sin camisetas, aprovecho para desabrochar su pantalón, sé que le encanta que lo haga. Nos quitamos rápidamente los zapatos mientras nos miramos, calcetines fuera también. Entonces llega uno de sus momentos preferidos. Se acerca a mí y empieza a besar mi frente, mis mejillas, mis labios, el cuello, y baja hacia mi clavícula, mi pecho, la parte superior de mi vientre, mi ombligo... y de rodillas en el suelo coge ambos lados del pantalón y lo va bajando poco a poco, subo una pierna y luego la otra. Entonces él empieza con un reguero de besos empezando por mis tobillos, hasta subir de nuevo a mi boca. Adoro que haga eso, y él lo sabe. Los besos continúan, sobretodo en el cuello, me apasiona. Al estar tan cerca recorro su espalda con mis manos, luego su pecho y con cierta inquietud, pero muy decidida, hago lo que más me gusta hacer, bajar mi mano suavemente por su vientre hasta llegar a su pantalón. Siento como se eriza su piel y como se entrecorta su respiración, pero nunca dice nada, ni siquiera deja de besarme así que sigo. Aparto ligeramente el elástico del bóxer y meto mi mano, acaricio suavemente y la abarco con mi mano, la muevo arriba y abajo con lentitud. Su respiración se agita, sé lo mucho que le gusta que haga eso, lo que él no sabe es que lo hago principalmente por lo mucho que me gusta a mí. Él entonces me coge en brazos y me apoya en el brazo del sofá. Siento las yemas de sus dedos en mi espalda, muy suavemente, como siempre, y entonces desabrocha mi sujetador. Caen mis tirantes a lado y lado, y yo los dejo caer, y él se encarga de cogerlo y dejarlo en el sofá, en la otra punta. Sus manos acarician mi espalda desnuda, remueve mi pelo y besa mis labios, entre suspiros él pasa una de sus manos mi cintura y sube poco a poco, hasta apresar uno de mis senos. Estoy tan excitada, quiero más, y él lo sabe, pero no va a ir más rápido, al contrario, será todo lento, muy lento. Primero acaricia mis senos, mi cintura, mis brazos... besa mi cuello y de ahí baja unos segundos a mis pechos desnudos, pero de ahí vuelve a mi boca. Lo único que cambia es el recorrido de su mano, en lugar de subir de nuevo, baja lentamente, por mi vientre. Un poco más, un poco más, un poco más... ¡Dios mío, no sabes cómo esperaba ese momento! Las yemas de sus dedos me recorren, nada es comparable a ese momento, es increíble, indescriptible. Estoy lista, él lo sabe, se separa para quitarse los pantalones pero niego con mi cabeza. "No te los quites", él sonríe y vuelve a acercarse. Posa sus manos en mis caderas y lentamente deja caer la última prenda que cubría mi piel, entonces, me coge en brazos, dejando mi cara junto a la suya y desciende mi cuerpo poco a poco, uniéndome a él, mientras suspiro, una y otra vez, y termino gimiendo, no puedo hacer otra cosa, es superior a mí. Entonces camina unos pasos hasta la mesa, más alta que el sofá y ahí terminamos apoyados, siguiendo ese frenesí placentero que nos recorre todo el cuerpo. En unos minutos estoy apoyada en la pared, con el totalmente pegado a mí, ambos llenos de sudor, recorriéndonos con las manos y apresando nuestros labios. Estoy por desfallecer, ambos estamos cansados y mi cuerpo está a punto de estallar, caliente, nervioso, frenético. Entonces veo su esfuerzo, su cansancio y le pido que me baje, que me deje en el suelo. Lo hace sin rechistar, entonces le cojo la mano y lo siento en el sofá, mucho más cómodo, más tranquilo. Me siento sobre él y nos besamos apasionadamente, sus manos recorren mi espalda y después me acaricia las mejillas, la cintura, yo estoy por desmayarme, no voy a poder aguantar mucho más. Cada vez la electricidad es mayor, toda yo tiemblo y entonces... sucede, ese momento en que en sus brazos creo tocar el cielo, esos segundos en que un enorme estallido parece embriagarme, dónde todo se resume a nuestros cuerpos, nuestros labios y lo mucho que le quiero. Respiro, me falta el aire, y miro su cara... no hay nada que me guste más en este mundo que observarle en ese justo instante, cuando él llega, cuando termina.
En sus brazos respiro y beso su cuerpo, sus hombros, su pecho, su cuello, sus mejillas... tengo miedo de que no llegue a comprender todo lo feliz que me hace, todo lo que él consigue con las yemas de sus dedos. Me besa, como tantas otras veces, haciéndome estremecer y con un sencillo movimiento me levanta y nos encontramos al segundo siguiente en la ducha, ya ambos desnudos, bajo el agua caliente, sudorosos y cansados. Entonces... ver caer el agua sobre su piel me estremece de nuevo, y tengo que cerrar los ojos para calmarme, pero él no deja que lo haga, nunca me deja, siempre quiere más, al igual que yo. Nunca se cansa de mí, y eso es lo único que me importa, nosotros, nuestros momentos... y sus besos, que me hacen sentir la mujer más increíble y afortunada del mundo.

Gritos.

Otra vez. Otra vez le está gritando. ¿Nunca va a cansarse? ¿Eso es querer a alguien? No lo entiendo, de verdad que no logro entenderlo. Dejo el ordenador a un lado, camino los diecisiete pasos que hay hasta el comedor y me quedo de pie, detrás de la puerta, casi sin respirar, esperando a oír mejor lo que se están diciendo. Sé que se gritan, pero quiero saber qué se dicen.

"Es que me tienes harto, cansado. No sabes querer a nadie, doña perfecta. Siempre ella tiene razón en todo, me sacas de quicio. ¡Te he lavado los platos y te he planchado la ropa! ¿Qué mas quieres? Si es que no sabes hacer nada a derechas, siempre quejándote, dando en la llaga. ¡Se te tendría que caer la carne a cachos de lo mala que eres! ¡Mala, que eres mala! ¡Fría, inerte, que parece que te cuesta la vida dar una caricia, o decir un te quiero!"

Otra vez... siempre esas palabras absurdas dichas con tanta malicia, para hacer daño. Como no. No le importa lo que sientan los demás, sólo son palabras.

"No has visto a tu hija, ¡que está echa una vaca! ¡Gorda, que es gorda! ¿No ves que se hincha a comer de todo y todo el día sin hacer nada de provecho? ¿En que se va a convertir ese trozo de carne, en qué? Si no hace nunca nada, no sirve para nada. Siempre igual. Siempre la defiendes, así está. Pero eso no te hace mejor persona, porque eres una mala madre. ¡Sí, ni para eso sirves! Mira como la estás criando, que ha salido peor que tú."

Sólo soy un trozo de carne, algo inerte que no sirve para nada, una gorda sin sentido. Igualmente no necesitaba oírlo de sus labios para saberlo. Dos lágrimas caen por mis mejillas, en silencio, como siempre. Estoy acostumbrada a llorar en silencio, en mi cuarto, sentada en el suelo, con las rodillas flexionadas y apoyando mi cabeza en ellas, ayudándome de mis brazos para tapar mis oídos y que cese ese ruido infernal. Otra vez no por favor, ¡BASTA! ¡Ya no puedo más!

"¿Sabes? Si hubiera sabido que tendría una hija como tú jamás te habría tenido. No sirves para nada, no vales nada. ¿Qué te crees, que tus amigos esos te quieren mucho? MENTIRA. ¿Por qué iban a quererte? ¿Acaso tienes algo que ofrecer? El mundo es un mar de piratas y ahí no tienes nada que hacer, te utilizarán hasta que ya no les sirvas. ¡Sí, te quieren por interés! Eres la lista, ¿no? Pues eso, te utilizarán hasta que se cansen y luego adiós. ¿O acaso creías que ellos realmente iban a quererte?"

Miro sus ojos llenos de odio y no entiendo nada. Se supone que es mi padre, ¿un padre dice eso? Acaso si tanto me odia, si tan mala soy ¿por qué sigue aquí? ¿Por qué sigue aguantando? ¿Por qué tuvo que tenerme? Yo no le pedí a nadie nacer, no quería. Sólo me tuvieron. Yo no tengo la culpa de esto. Por más que lo pienso no lo entiendo. ¿Qué gana haciendo tanto daño? ¿Por qué? ¿Qué hice tan mal cómo para merecer esto? Yo le adoraba, era lo más grande que tenía en este mundo. Habría dado todo y más por él las veces que hubiera hecho falta, era mi padre, lo más importante, lo mejor. ¿Por qué? ¿Qué hice mal, por dios... qué le hice?
Humillaciones en público, peleas, insultos, palabras que jamás voy a olvidar, noches sin dormir, días sin comer, vómitos, dolores de cabeza... ¿quién va a poder restablecer todo lo que él me ha quitado? Nunca será igual, nunca seré la misma. Miedos, dolor, lágrimas... un corazón roto en mil pedazos que tardará en sanar.

La peor frase jamás dicha: "En estos 17 años de tu vida, jamás, y repito: JAMÁS me has demostrado ni una sola vez que te importaba, nunca me has dado ni un ápice de cariño. Yo lo di todo por ti y nunca me diste ni tan siquiera un poco de lo que yo te obsequié".

¿CÓMO PUDO DECIR ESO SIN INMUTARSE? ¿CÓMO PUDO MIRARME A LA CARA Y ASENTIR CUANDO LE CONTESTÉ SI ESTABA SEGURO DE LO QUE ACABABA DE DECIR? En diecisiete años le di todo lo que tenía y gané a cambio una vida partida por la mitad, odio, rencor... y ante todo una vida destrozada, un corazón lleno de fisuras, dolor y lágrimas, y la sensación de que nunca podría llegar a ser feliz, porque el amor de un padre me lo habían negado casi de raíz. No entiendo cómo alguien puede ser así.

Siento compartir con vosotros estas líneas, pero necesitaba escribirlo. Es lo que siento a cada mañana que me levanto sudorosa después de soñar con él, con alguna que otra discusión, con más gritos, más lágrimas... más miedos y más dolor. Sólo espero que NUNCA tengáis que pasar por esto. Sólo, quiero pasar página.

viernes, 17 de septiembre de 2010

dejando caer..

Gotas, pequeñas esferas de agua que caen sobre la superficie de mi piel. Hoy llueve, huele todo a mojado y apetece salir a la calle y cerrar los ojos, esperar a que se humedezca tu piel y oler a fresco, a lluvia. Me encantan estos días. Levantarte a la mañana, desperezarte, subir la persiana y mirar ese día, medio gris, húmedo, pero diferente. Entonces abres la ventana lentamente y tomas aire, es otro día, otra manera de disfrutar esas 24 horas. Sales a la calle, con o sin paraguas, y chapoteas en los charcos, corres por la acera y sonríes. Oyes el murmullo del agua cayendo a tus pies, cerca de ti, estiras un brazo y sientes esas gotas en tu piel, recorriendo tu brazo, tu mano... es una sensación incomparable, indescriptible.

Lluvia. Mágica lluvia. Me recuerda la infancia, despreocupación, cuando aún éramos niños que no teníamos de qué preocuparnos. Cuando perder la goma de borrar era lo peor que podía pasarte y recibir un beso de un compañero de clase en la mejilla nos hacía sonrojarnos hasta parecer un tomate. Me recuerda las tardes de niñez en que aún no era consciente de tantas cosas, cuando aún mi padre lo era todo para mí y yo era su niña pequeña, su sol, su consentida. Cuando mi madre era la bruja que no me dejaba hacer nada y mi padre el príncipe que siempre me rescataba... la lluvia me recuerda a unos tiempos felices que la vida y sus palabras se han encargado de romper en mil pedazos. La lluvia me recuerda como sonreía cada tarde en sus brazos, como reía y como buscaba sus besos. La lluvia... ya no significa lo mismo, ahora estoy sentada en el banco de la plaza, sola, sin nadie. Mis sueños han caído en ese sentido, y me he dado de frente con la realidad. Ya no soy esa niña que jugaba con su padre, ahora soy una mujer que tiene que seguir su vida y afrontar su realidad: yo, ya no tengo padre. Él sólo me ha quitado todo lo que podía unirme a él y debe asumir de una vez la consecuencia de sus actos.


Mine.


Lo vi por casualidad ayer en el canal MTV, mientras hacía zapping para encontrar algo que valiese la pena. No sé exactamente de qué va la canción porque no me he parado a oírla, para que mentir, pero el vídeo me impactó. Quizás para muchos es un vídeo más, uno de esos románticos vídeos de esa cantante rubia tan melosa. Para mí es una representación de mi vida, como un vídeo de lo que espero que sea mi vida en unos años, de lo que he vivido y lo que espero vivir.
No es que tenga ganas de discutir con mi pareja, pero sé que pasará, y sé que las primeras veces serán las peores, porque recordaré mi casa, mis padres y todo lo malo que tuve que pasar a raíz de ello. Pero igual que todo, espero superar también esto. Sé que será duro, porque me vendrán a la cabeza algunas palabras y algunos momentos, y me derrumbaré. Sé que quizá me costará más que a muchos otros establecer un vínculo fuerte con una pareja, porque estaré cargada de miedos y tensiones, siempre atenta a tantas cosas que me desbordaré. Pero aún así, quiero intentarlo y ser feliz, conseguir esa vida que yo no pude tener, y darle a mis hijos la infancia y los padres que yo hubiera querido para mí. Haría lo que fuera para vivir eso, para sobrellevar esas discusiones y esos momentos y seguir adelante, con una pareja sólida. Demostrarme a mí misma y a mis miedos que el amor real existe y que puede durar una vida, y si no es así, que no tiene porque acabar como acabó la relación de mis padres. Que mis hijos no tendrán que pasar por lo que yo estoy pasando, y que ninguno de ellos acabará odiando a su padre, como me ha pasado a mí. Espero que con los años, pueda encontrar lo que siempre he buscado: estabilidad y felicidad, con alguien con quien compartirla y fuera de las mil y una discusiones de pareja u hogareñas que tengamos, tener una vida plena en familia y darle a mis niños todo lo que se merecen. Empezando por unos padres que se quieren y se respetan, un hogar y un futuro, que el día de mañana se sientan orgullosos de sus padres y no puedan recordar nada parecido a lo que yo rememoro en mi cabeza cada segundo del día.

Espero sencillamente: ser feliz.



miércoles, 15 de septiembre de 2010

Reflexiones.

Tengo la necesidad de escribir estas líneas, y al contrario que otras veces estas palabras brotan de mí en catalán en lugar de en castellano, como la mayoría de los que me leéis lo hacéis en castellano voy a traducirlo después para que podáis opinar si queréis.

Sencillament sempre havies estat diferent, especial, mundanament anomenada rara, no hi havia paraula millor per descriure't. Però ara, m'has fet dubtar: crec que ets alguna cosa més que rara, ets més aviat absurda, difícil i per concluir idiota. Però per què ets tan complicada en tot? Minuts i més minuts pensant en històries romàntiques, amors clandestins i petons passionals... i quan un noi què et fa sentir alguna cosa et diu coses que sempre has volgut escoltar et rius, canvies de tema i no li dones importància. Et sents confosa i fora de lloc, com si aquestes paraules no poguessin ser per tu. Comences a pensar per què un noi hauria de pensar així de tu, per què algú pot pensar en què ets preciosa, divertida o especial. Et sembla molt més lògic que un noi et digui que ets absurda, complicada o pesada, et fa sentir molt més segura.
Critiques aquesta societat desinteressada que no te opinió i que es basa en cànons físics per separar la gent, on ser intel·lectual és un defecte i on les persones valen més pel que es veu que pel que són. Però després, sembla que tu també et catalogues d'aquesta manera, que per tenir el físic que tens ets menys que qualsevol altre noia... i també, que qualsevol noi interessant no es fixarà en tu, no veurà més enllà dels quilos que et sobren. Això reivindiques? Creu en tu, tens molt per demostrar, molt per dir... i gràcies a déu i haurà gent que tingui suficient amb la teva persona, amb les teves virtuds, que no són poques. Els defectes passaran a un segon pla, eclipsats per tot el que representes i tot el que ofereixes als qui es paren 2 min per poder-te conèixer. I ara, quan ell et miri i et digui que ets preciosa i que t'estima, somriu i diga-li que també l'estimes, no siguis absurda i no pensis en per què et deu dir això o per què s'hauria de fixar en algú com tú. Sencillament viu i aprofita, encara que et costi... molts t'estimen tal com ets i matarien per tu. O m'equivoco?

CASTELLANO.
Sencillamente siempre habías sido diferente, especial, mundanamente llamada rara, no havia palabra mejor para describirte. Pero ahora, me has hecho dudar: creo que eres alguna cosa más que rara, eres más bien absurda, difícil y para concluir idiota. Pero por qué eres tan complicada en todo? Minutos y minutos pensando en historias románticas, amores clandestinos y besos pasionales... y cuando un chico que te hace sentir algo te dice cosas que siempre has querido escuchar te ríes, cambias de tema y no le das importancia. Te sientes confundida, fuera de lugar, como si estas palabras no pudieran ser para ti. Empiezas a pensar cómo un chico puede pensar así de ti, cómo alguien puede pensar que eres preciosa, divertida o especial. Te parece mucho más lógico que un chico te diga que eres complicada, absurda o pesada, te hace sentir más segura.
Criticas esta sociedad desinteresada que no tiene opinión y que se fundamenta en cánones físicos para separar a la gente, dónde ser intelectual es un defecto y las personas valen más por su apariencia que por lo que realmente son. Pero después, parece que tú también te catalogas de esta misma manera, que por tener tu físico eres menos que cualquier otra chica... y también que cualquier chico interesante no se fijará nunca en ti, no verá más allá de los kg que te sobran. ¿Eso reivindicas? Cree en ti, tienes mucho por demostrar, por decir... i gracias a dios habrá gente que tenga más que suficiente con tu persona, con tus virtudes, que no son pocas. Los defectos pasaran a segundo plano, eclipsados por todo lo que representas y todo lo que ofreces a los que se paran 2 min para poderte conocer. Y ahora, cuando el te diga que eres preciosa y que te quiere, sonríe y dile que también le quieres, no seas absurda y no pienses en por qué te dice eso o por qué habría que fijarse en alguien como tú. Sencillamente vive y aprovecha, aunque te cueste... muchos te quieren tal y como eres y matarían por ti. ¿O me equivoco?

martes, 14 de septiembre de 2010

Tabú

Cada vez que hablo del tema con mi madre, acabamos enfrentadas. Yo quizás he visto muchas películas, quizás creo en demasiadas cosas... pero ¿y ella? Acaso no está condicionada por sus propias vivencias y no quiere ver más allá. No lo sé, pero me deja mal no poder entenderme con ella en un tema tan importante, al menos para mí.

Sí, sexo. ¿Qué iba a ser si no? Sólo hablábamos de esperar. Me parece injusto que en una pareja esté tan bien visto y tan admitido que un chico tenga que esperar 2 años para estar con una chica porque ella no se siente preparada, y que si fuera al revés... prácticamente ninguna de nosotras aguantáramos lo más mínimo. Es como que por sociedad, por tópico ellos SIEMPRE tienen ganas y siempre tienen que querer, pase lo que pase, que nunca pueden decir no, nunca les puede pasar nada o sentir vergüenza, tener miedos... ellos son unos adictos sexuales y nosotras en cambio, unas virgencitas puras que nos contentamos con una vez al mes.

Yo reclamo que eso no debería ser así. El sexo es algo natural, es normal desear a la persona que quieres, al fin y al cabo es una de las pocas cosas que lo diferencia de una amistad. Por tanto ese deseo no puede calmarse y ningún miembro de la pareja debería esperar al otro de esa manera, mucho menos cuando en un caso se acepta y en el otro se critica. En este punto mi madre, como siempre, alega que eso sólo son habladurías. Que luego son ellos los que no dan la talla, que mucho hablar y poco hacer, que después son ellos los que ponen mil pegas para todo y que nosotras somos las que nos quedamos siempre esperando. Podría resumirse a, ¿cierto resentimiento hacia el sexo masculino? Quizás.

Yo opino que tanto hombres como mujeres somos algo más que una regla general, algo más que una estadística. Como no, estamos condicionados por la sociedad y es cierto que pase lo que pase en la vida real, ellos tienen mucha más fama de sexuales y de expertos, además... un chico que no da la talla siempre tiene más problemas que una chica inexperta. Igualmente, hay de todo en este mundo, y como en muchos otros temas dependerá de la pareja, del momento, de la edad... y que este tema y estos tópicos no sigan en nuestra vida diaria sólo depende de nosotros. Sólo depende de si somos capaces de tratar esto con naturalidad, preguntar y opinar tanto como sea necesario y empezar a hablar de las cosas como son, sin tapujos ni tabús.

Dos corazones

¿Acaso puedes querer de la misma manera y con la misma pasión a 2 personas? Estoy empezando a perder la cabeza, estoy empezando a dudar. Me siento idiota, no me entiendo y mi corazón parece que late a contracorriente, va por un camino que no puedo seguir. O más bien, va por un camino que no voy a seguir... no debo, no quiero.
No pienso meterme en esos mundos, no voy a caer. ¿Sabes qué pasa cuando empiezas así? Te enamoras perdidamente y quieres más y más, y cuando te estampas contra la realidad el golpe es tan duro que tardas años en recuperarte. Y no pienso consentir que vuelva a pasar eso. NO. ¿Has entendido? NO.

Ambos se parecen demasiado, a veces creo que veo en uno lo que veo en el otro y que por eso me siento confundida entre ambos, pero... es que para otras cosas son tan diferentes. Y uno aquí, a metros, y el otro a tantos km... no está bien, no debo, no quiero. Empieza otra etapa de tu vida, empiezan muchas cosas y no deberías estancarte en algo que no te va a llevar a ningún sitio, porque es un amor perdido, imposible, LO SABES PERFECTAMENTE. Es absurdo. Absurdo. Tan absurdo como que una palabra de cariño te haga sonreír tan tontamente, que se te encoja el corazón cuando te mira a los ojos, o que tengas ganas de besarle cada vez que lo ves. Es absurdo que te mueras por escuchar un te quiero de su boca cuando tú no estás segura de nada, cuando tú no podrías decir lo mismo. Es absurdo soñar con algo que ni siquiera estás segura de querer. Sencillamente: eres absurda. Tan absurda que me da risa.

Absurda. Absurdo. Dos corazones, un latido, una razón. ¿Querer o no querer? Si me tiro a la piscina, ¿habrá agua? ¿Voy a sufrir? No sé qué hacer. Tengo miedo, para variar.

ellos.





ESTOS MOMENTOS NO TIENEN PRECIO :)

Adiós.

Adiós. Difícil palabra de cinco letras. A D I O S. En un principio dicha a partir de la frase "Anda con Dios o Ves con Dios", es decir, una manera de desear buena suerte para despedirse hasta el día siguiente. Con el paso de los años abreviado a "Adiós" y para los catalanes ya pasa a decir: "deu". Ha perdido todo su significado religioso con el correr de los siglos, pero ha adquirido un cierto sentido sentimental que lo diferencia de otras despedidas como "hasta luego" o "nos vemos". Las connotaciones que mundanamente tiene últimamente esta palabra es de una despedida más larga o quizá definitiva, una despedida mucho más fuerte. Un adiós, son palabras mayores.

Adiós. Me gustaría decirle adiós a muchas cosas y a algunas personas. Me gustaría decirle Adiós para siempre a mis miedos, a mis comidas de coco y a todos los momentos malos que he pasado. Me gustaría decirle Adiós a las palabras que tengo grabadas de mi padre en mi cabeza y también a él, porque se lo merece, por mucho que sea mi padre. Adiós a todos esos cánones de belleza que me excluyen de tantas cosas, que me condicionan a cada paso que doy. Adiós a las lágrimas que derramé por todos aquellos que no las merecían. Adiós a quiénes me han hecho tanto daño, a los que no se pararon un segundo para preguntar cómo estaba o si me había molestado. Adiós a los momentos que nunca quise vivir y aquello que hice y después me arrepentí.

Igualmente... no querría decirle nunca adiós a todas las personas a las que quiero, en especial a mi madre y a mi tío Manolo, que está tan tocado. No decir adiós a mis sueños, a mis sonrisas y a todos los buenísimos momentos que pasé con los que quiero. No quisiera decirle adiós a mucha gente que ha desaparecido de mi vida sin pedir permiso, sin preguntar si yo los necesitaba a mi lado. No decir adiós a todo aquello que perdí por mi incompetencia, por no saber actuar o por mala suerte. Adioses que nunca se dijeron pero que son palpables, cosas que faltan y que se echan tanto de menos...

jueves, 9 de septiembre de 2010

Tanto...

¿Y es que realmente crees que podrías resumir tu vida en una palabra? ¿Acaso por ver una hoja crees conocer todo un bosque? ¿Puede navegarse un mar por haber tocado 1 sola gota de agua? ¿Y un grano de arena representa todo un desierto? No. Obviamente no. Todo es mucho más que una palabra, un granito de arena o una gota de agua salada.

Sí, puedes compararte con la inmensidad del océano y creerte minúsculo, insignificante, innecesario. Pero, ¿no es mejor compararte a esa pequeña hormiga que todo y ser tan diminuta vive su vida con fuerza y valentía? Puedes comparar tu vida con aquellos que tienen más dinero, los que tienen ese amor increíble que los llena, los que cuentan con cien mil buenos amigos o los que tuvieron una mejor infancia, mejores notas... hay infinidad de cosas, pero sé realista. ¿Y los que no tienen nada? Los que tienen mucho menos que tú, los que están mucho peor... los que te envidiarían si supieran que hay algo mejor de lo que tienen. Ojalá pudieran quejarse de unos padres, pero no tienen. Ojalá pudieran desear tener unos quilos menos, ellos morirán de hambre. Ojalá pudieran vivir un romance de película, será un milagro que sobrevivan al caer la noche. ¿Acaso no lo comprendes? Sea como sea tu vida, eres afortunado. Puede que no lo veas, que no quieras verlo, compadecerte es mucho más fácil, pero es así. Tienes muchas más cosas de lo que algunas podrían siquiera soñar, y sea como fuere, el único que puede cambiar el curso de tu vida para que vaya a mejor: eres tú mismo.

Afortunado de tener lo que te tocó. Obviamente yo desearía tener un padre de verdad, haber vivido una infancia mejor a la que tuve, no sentirme desgraciada, no haber derramado todas esas lágrimas, haber sido aceptada como soy... pero, me siento orgullosa de mi vida y afortunada de todo lo que tengo, que no es poco.

Disfruta de tu vida, cada segundo que pasa está perdido si no lo aprovechas.

martes, 7 de septiembre de 2010

Vida,

La vida es más que hechos o momentos, más que palabras o pensamientos, mucho más que personas o recuerdos. La vida son emociones, sentimientos y verdades; amistades, amores y absurdidades; dolor y lágrimas. La vida son tantas cosas, que constantemente tengo miedo a estar viviendo sólo una parte pequeña de un cúmulo de cosas que se me escapan... Aunque al fin y al cabo, yo siempre resumo la vida en: los segundos acumulados que tienes para disfrutar de las personas que quieres y aquello que te gusta, y a su vez demostrar quien eres y aprovechar las oportunidades que te pueda brindar a cada momento.

Lo sé, soy... diferente.

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