sábado, 18 de septiembre de 2010

Gritos.

Otra vez. Otra vez le está gritando. ¿Nunca va a cansarse? ¿Eso es querer a alguien? No lo entiendo, de verdad que no logro entenderlo. Dejo el ordenador a un lado, camino los diecisiete pasos que hay hasta el comedor y me quedo de pie, detrás de la puerta, casi sin respirar, esperando a oír mejor lo que se están diciendo. Sé que se gritan, pero quiero saber qué se dicen.

"Es que me tienes harto, cansado. No sabes querer a nadie, doña perfecta. Siempre ella tiene razón en todo, me sacas de quicio. ¡Te he lavado los platos y te he planchado la ropa! ¿Qué mas quieres? Si es que no sabes hacer nada a derechas, siempre quejándote, dando en la llaga. ¡Se te tendría que caer la carne a cachos de lo mala que eres! ¡Mala, que eres mala! ¡Fría, inerte, que parece que te cuesta la vida dar una caricia, o decir un te quiero!"

Otra vez... siempre esas palabras absurdas dichas con tanta malicia, para hacer daño. Como no. No le importa lo que sientan los demás, sólo son palabras.

"No has visto a tu hija, ¡que está echa una vaca! ¡Gorda, que es gorda! ¿No ves que se hincha a comer de todo y todo el día sin hacer nada de provecho? ¿En que se va a convertir ese trozo de carne, en qué? Si no hace nunca nada, no sirve para nada. Siempre igual. Siempre la defiendes, así está. Pero eso no te hace mejor persona, porque eres una mala madre. ¡Sí, ni para eso sirves! Mira como la estás criando, que ha salido peor que tú."

Sólo soy un trozo de carne, algo inerte que no sirve para nada, una gorda sin sentido. Igualmente no necesitaba oírlo de sus labios para saberlo. Dos lágrimas caen por mis mejillas, en silencio, como siempre. Estoy acostumbrada a llorar en silencio, en mi cuarto, sentada en el suelo, con las rodillas flexionadas y apoyando mi cabeza en ellas, ayudándome de mis brazos para tapar mis oídos y que cese ese ruido infernal. Otra vez no por favor, ¡BASTA! ¡Ya no puedo más!

"¿Sabes? Si hubiera sabido que tendría una hija como tú jamás te habría tenido. No sirves para nada, no vales nada. ¿Qué te crees, que tus amigos esos te quieren mucho? MENTIRA. ¿Por qué iban a quererte? ¿Acaso tienes algo que ofrecer? El mundo es un mar de piratas y ahí no tienes nada que hacer, te utilizarán hasta que ya no les sirvas. ¡Sí, te quieren por interés! Eres la lista, ¿no? Pues eso, te utilizarán hasta que se cansen y luego adiós. ¿O acaso creías que ellos realmente iban a quererte?"

Miro sus ojos llenos de odio y no entiendo nada. Se supone que es mi padre, ¿un padre dice eso? Acaso si tanto me odia, si tan mala soy ¿por qué sigue aquí? ¿Por qué sigue aguantando? ¿Por qué tuvo que tenerme? Yo no le pedí a nadie nacer, no quería. Sólo me tuvieron. Yo no tengo la culpa de esto. Por más que lo pienso no lo entiendo. ¿Qué gana haciendo tanto daño? ¿Por qué? ¿Qué hice tan mal cómo para merecer esto? Yo le adoraba, era lo más grande que tenía en este mundo. Habría dado todo y más por él las veces que hubiera hecho falta, era mi padre, lo más importante, lo mejor. ¿Por qué? ¿Qué hice mal, por dios... qué le hice?
Humillaciones en público, peleas, insultos, palabras que jamás voy a olvidar, noches sin dormir, días sin comer, vómitos, dolores de cabeza... ¿quién va a poder restablecer todo lo que él me ha quitado? Nunca será igual, nunca seré la misma. Miedos, dolor, lágrimas... un corazón roto en mil pedazos que tardará en sanar.

La peor frase jamás dicha: "En estos 17 años de tu vida, jamás, y repito: JAMÁS me has demostrado ni una sola vez que te importaba, nunca me has dado ni un ápice de cariño. Yo lo di todo por ti y nunca me diste ni tan siquiera un poco de lo que yo te obsequié".

¿CÓMO PUDO DECIR ESO SIN INMUTARSE? ¿CÓMO PUDO MIRARME A LA CARA Y ASENTIR CUANDO LE CONTESTÉ SI ESTABA SEGURO DE LO QUE ACABABA DE DECIR? En diecisiete años le di todo lo que tenía y gané a cambio una vida partida por la mitad, odio, rencor... y ante todo una vida destrozada, un corazón lleno de fisuras, dolor y lágrimas, y la sensación de que nunca podría llegar a ser feliz, porque el amor de un padre me lo habían negado casi de raíz. No entiendo cómo alguien puede ser así.

Siento compartir con vosotros estas líneas, pero necesitaba escribirlo. Es lo que siento a cada mañana que me levanto sudorosa después de soñar con él, con alguna que otra discusión, con más gritos, más lágrimas... más miedos y más dolor. Sólo espero que NUNCA tengáis que pasar por esto. Sólo, quiero pasar página.

No hay comentarios:

SOBRE EL CONTENIDO

No se permite la reproducción total o parcial y en ningún soporte y para fines comerciales, de ninguno de los textos de esta página, sin que medie la autorización del autor. Los textos de esta página son para uso personal de su autor, y en caso de que terceros los utilizaran total o parcialmente en cualquier publicación venal (bien virtual o por cualquier otro medio presente o futuro) se citará siempre la autoría y la fuente original, creando si fuere posible, un vínculo a la misma.Todo el contenido literario de este blog, salvo indicación expresa que se haga, es propiedad de Neus Cámara Gutiérrez.2009.