
Ni maldición, ni Olympique de Lyon, ni malas rachas... ha habido fútbol, goles y como no: el pase a cuartos que tanto deseaba la afición. Un paso más hacia la ansiada décima, pero queda mucho por hacer. Aún hay que ganar cinco partidos, uno a uno, hasta llegar a la final.
¿Qué decir? Pues ha sido un buen partido. Sólo he podido ver entera la segunda parte, y ha sido un paseo de los merengues. El Olympique no sabía lo que hacía, no tocaba balón, no pasaba de medio campo, y el Madrid se gustaba, desde que Marcelo encontró puerta bien entrada la primera parte, el equipo de Mou se ha encontrado en un patio de recreo. La afición aún así, no estaba tranquila y todos eran conscientes de que un gol de los franceses, en un momento absurdo o con mucha suerte -como ya pasó en la ida- llevaba al Madrid a una prórroga que no se merecía. Pero poco a poco el Madrid ha sabido calibrar el encuentro, irse centrando en el partido, jugadas tácticas, pases certeros, recuperaciones de balón... en definitiva un choque mucho más psicológico que físico, dónde ha quedado claro que el Madrid es muy superior al equipo francés, y que esto no es una victoria real, sino psicológica, contra su historia, pero que todo y con eso: QUEDA MUCHO POR HACER.
A ver quién toca en el bombo del viernes... ¿Real Madrid - Manchester United?
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