martes, 17 de noviembre de 2009

Maltrato.


Hace poco se creó un "concurso" en Cornellá, mi ciudad, para conseguir un eslógan atractivo y conciso contra la violencia de género. Sin pensármelo dos veces, me presenté, y tuve la suerte de resultar ganadora. El lema, muy simple, gustó de una forma u otra. La frase era: "Si le pegas a ella, nos pegas a todos". Este viernes es posible que vaya a la cena que organizan y también quiero seguir haciendo textos y reflexiones sobre el tema, porque me parece muy importante involucrarse y luchar por los derechos de la mujer y contra el maltrato, sea del tipo que sea.
Cierto es, que hoy en día, el que está más extendido y priorizado es el maltrato a la mujer, es decir, la violencia de género, la violencia física que utilizan algunos hombres aprovechando su fuerza para someter a sus parejas. Esto es horrible, realmente incomprensible y no se puede perdonar, en ningún caso. Pero si soy sincera: se sobrelleva mejor un golpe que una palabra.

Desde pequeñita lo he vivido y sé perfectamente de qué hablo. No preferiría que me pegaran, si eso es lo que estáis pensando, aunque también he recibido golpes físicos, y por eso sé que duelen menos. Un morado se va, con el tiempo, pero hay cosas que nunca se olvidan, por mucho que quieras. Hay palabras y momentos que prevalencen en el tiempo y que por mucho que intentes borrarlos, no se van. Nunca olvidas como te han ido rompiendo tu esencia golpe a golpe, palabra a palabra, nunca olvidas como te han hundido en la miseria, sea por el motivo que sea, dejándote tan sola y rota, que no sabes como has sido capaz de recomponerte. Nunca se sanan las heridas, ni se recomponen los pedazos. Eres como un jarrón a pedazos que han vuelto a pegar, se mantiene y de lejos parece el mismo, pero cuando te acercas, ves los pedazos, las grietas son gordas y marcadas, y NUNCA se borran.
Hay momentos en los que una vez deshecha y a pedazos tienes que remontar y seguir, porque dependes solamente de ti y si tu no tiras, nadie lo hará por ti. Momentos en que la soledad que te lleva es tan grande, que deja de importante el mundo y piensas realmente que la muerte es una salida. Recuerdos que vuelven a tu mente una y otra vez, que no consigues superar del todo y que cuando peor estás, más te atormentan. Entonces tienes que sostenerte a partir de las personas que te quieren y de tu propia fuerza, de tu propia voluntad y valentía. Debes seguir, por ti misma, porque te lo mereces, y quien te está haciendo tanto daño no merece que tu te hundas, no merece que derrames todas tus lágrimas, ni merece que te creas realmente que eres una mierda y no sirves para nada.

Nadie merece que llegues a odiarte, a romperte en pedazos y a perder lo que tu consideras tu propia "esencia". Nadie. Ni siquiera... tu padre.

Hoy, doy un paso más hacia adelante y doy la mano, el brazo y lo que haga falta a todos aquellos que han vivido esto, como yo, y que necesitan una mano amiga y una oreja que escuche todo ese dolor, que pueda comprender qué se siente.
Hoy, Gracias a los que estáis ahí para mí, a mis manos, brazos y apoyos.
Hoy, doy fe que me has hecho mucho daño... pero que he podido contigo.
Hoy, prometo que seré libre y que podré seguir siempre, hacia adelante.

Sólo hace falta que creas en ti y te dejes cuidar, pide ayuda, lo necesitas. :)

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