miércoles, 19 de mayo de 2010

relato TMB

Lunes. Un día más de este largo y caluroso verano. Estamos a mitad de agosto y el calor a estas horas aún es soportable. Las diez menos dos minutos de la mañana. Avanzo tranquilamente por mi calle, como cada día, para coger el metro en la parada de Cornellá de la línea 5, la azul. Hoy he salido de casa un poco antes porque quería pasar a saludar a uno de mis antiguos profesores, en el colegio Anselm Clavé de la Rambla, cerca del metro. A esta hora no tenía clase y me dijo que podía pasarme cualquier día a verle y tomarnos un café, charlar. Ha ido bien, nostálgico, eso sí. Hace tanto tiempo… bueno, no tanto, apenas 10 años que dejé ese colegio, tampoco soy tan vieja. Volver a ese patio y recordar tantas cosas me hace feliz, muy feliz. Aunque mentiría si dijera que añoro aquellos años, por suerte la vida me sonríe y ahora estoy viviendo una época de mi vida que me encanta.
Las diez y tres minutos. Las escaleras de esta estación siempre me parecen un juego, a veces las bajo saltando, otras corriendo, poco a poco… parezco una niña, bueno, la verdad es que lo soy. Creo que es una de mis peculiaridades.
El metro entra a la estación, como siempre me subo en la segunda puerta del primer vagón y me siento enfrente, en el primer asiento entrando a la derecha. Abro mi bolso y saco mi libro, a continuación un lápiz con punta y los cascos. Por delante tengo unas cuantas paradas, así que aprovecho siempre al máximo los viajes.
Suena el pitido. Las puertas se cierran. Empieza mi viaje habitual. Empiezo a leer la página “Esta vez sería la definitiva, él estaba seguro” y, de repente, noto como alguien me está mirando fijamente, casi sin parpadear. Me relajo y suspiro, es un chico, lo noto, y no me molesta su mirada, al contrario, me eriza la piel y me calma. ¿Debería mirar? Levanto levemente la mirada, quizás unos milímetros, y ahí están sus ojos. Marrones, oscuros, directos y muy pasionales, que parecen entrar dentro de mí, hasta mis más profundos deseos y secretos. Me he quedado prendada, extasiada, hechizada de esos ojos, de esa forma de mirar.
Martes. Sólo puedo pensar en esos ojos, en encontrarlos otra vez, en verle de nuevo. Bajo las escaleras, ya sin pensar, subo en mi vagón, me siento en mi sitio, abro mi libro y espero… Tres, dos, uno… Ahí está. No puedo creerlo. Esos ojos, sus ojos, quisiera que nunca dejara de mirar.
Miércoles. Jueves. Viernes…
Lunes. Creo que mañana empieza el otoño, ya empieza a notarse la brisa a según que horas y el calor ha disminuido. Son las diez y dos minutos, estoy a punto de coger el metro, como cada día. Una vez más, le espero, sus ojos y su mirada me tienen hechizada. Quizá no es amor, pero, le espero cada día, impaciente, nerviosa por si no aparece, pero incapaz de hablar o de pensar cuando está cerca. Sencillamente sólo deseo que me mire, una vez más. Mi metro, entra despacio, como siempre. Primer vagón, segunda puerta… siento un aliento cerca, justo en mi nuca y una mano que se desliza cercana a mi piel, un paso y…
- Me llamo Daniel –susurra en mis oídos. Mi corazón parece estallar y siento que no puedo ni moverme, pero guiada por esa voz giro sobre mis pies y miro sus ojos, esos ojos, y siento que nada importa, que estamos ahí, los dos, y que me está mirando, una vez más.- Llevamos días cruzando miradas y quería saber si…
- Tienes los ojos más bonitos que he visto en mi vida.
Sonreímos, hablamos, nos conocimos… y ahí, en se metro, en mi primer vagón, en el segundo asiento a la derecha, conocí a mi primer amor, al chico del que sigo enamorada y por una vez, empecé mi viaje, empecé mi historia y dejé por muchos días la lectura de mil cuentos para vivir el mío propio.

No hay comentarios:

SOBRE EL CONTENIDO

No se permite la reproducción total o parcial y en ningún soporte y para fines comerciales, de ninguno de los textos de esta página, sin que medie la autorización del autor. Los textos de esta página son para uso personal de su autor, y en caso de que terceros los utilizaran total o parcialmente en cualquier publicación venal (bien virtual o por cualquier otro medio presente o futuro) se citará siempre la autoría y la fuente original, creando si fuere posible, un vínculo a la misma.Todo el contenido literario de este blog, salvo indicación expresa que se haga, es propiedad de Neus Cámara Gutiérrez.2009.