Tener un amigo es como tener un tesoro. Cierto. Pero tener un amigo que te la acaba jugando o que te clava la puñalada por la espalda, ya... no tiene precio. Sigo pensando que el ser humano de por sí no es malo, y creo en las personas y que todo puede ir bien -unos días más que otros, porque yo también tengo mis puntos-. Pero a veces... me cuesta creer y tener esperanza. ¿Por qué somos tan jodidamente cínicos e hipócritas? ¿Cómo podemos dar la espalda a las personas que realmente nos quieren y nos cuidan por otras que nos dejarán tirados a la primera de cambio? ¿Cómo te miras al espejo después de romperle el corazón a alguien de una forma cruel? ¿Cómo dejas a un amigo tirado después de 20 años juntos y empiezas a echar pestes de él, cuando ha sido tu mejor apoyo en todas tus mierdas?
Sinceramente, no lo entiendo. Hay cosas, que por más que intento, no logro comprender. Hoy quiero dedicarle esta entrada a esa gente rara que sí se la juega por sus amigos, que cuida lo que tiene, escucha, se disculpa, perdona y vive día a día para conservar una amistad, que es uno de los grandes tesoros de nuestra vida. Hoy va por vosotros. Os quiero :)
P.D. Y sí, por todos aquellos cabrones que antes o después me jodieron... tranquilos, no os echo ni pizca de menos.
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