lágrimas

Si las habitaciones de mi cuarto hablaran, podrían contar un sin fin de noches de lágrimas derramadas en silencio durante horas. Podrían contar cómo he gritado en silencio, como me he visto caer y desfallecer una vez tras otra; como he tirado la toalla, incluso como deseé morir una vez, presa del pánico y el dolor. Tantas veces deshecha, encerrada en mi cuarto sentada en el suelo o entre las sábanas casi sin moverme, como si no pasara nada, notando como pasaban los minutos y las horas, queriendo dormir para no despertar, sintiendo que el mundo se caía a pedazos y no había hueco para mí. Sólo silencio y oscuridad, soledad, dolor... a veces y sin pensarlo, sigo siendo esa niña pequeña aterrada que se esconde dentro de cuatro paredes y llora en silencio para que nadie lo note. Creo que nunca podré dejar atrás esa parte de mí.