A oscuras

Sí, puede que esté abriéndose otra parte de mí que hasta ahora tenía muy adentro. Puede que con el tiempo tantas cosas que dije o que pensaba hayan quedado atrás, que la vida me haya cambiado, que las cosas hayan tomado otro camino... no importa sigo siendo yo, tan yo como siempre, tan único como cualquier otro día, tan compleja como el día en que nací. Yo, sólo yo.

Quizá ahora, lo que ocurre, es que tengo otra visión de mi vida, han pasado muchas cosas, he leído mil cosas, he visto otras tantas, he vivido algunas más... y bueno, de todo se aprende, o al menos eso intento. Supongo que también me he cansado de hacer algunos papeles que antes hacía, me he cansado de llevar máscaras, de sonreír a todos, de controlar mi mundo para no descontrolar el de otros... quizá me he vuelto egoísta, irónica o incluso a veces un poco sádica, cruel. Es cierto, siempre supe que corre mis venas algo negro, algo no demasiado bueno, sé qué palabras debo decir para hacer daño, para hacer mucho daño. O qué hacer para herir en lo más hondo, cómo actuar para romperlo todo y mandar el mundo al abismo. Claro que lo sé, siempre lo supe, supongo que ese trasfondo oscuro siempre ha estado ahí, esa sonrisa siniestra, ese goce al ver que otros caen, que otros sufren... sí, tengo mi vena sádica, no mentiré. En días como hoy aflora, no sé por qué, siento cosas que no debería y sé que es absurdo, que esa parte de mí es sólo un despiste, como un fallo técnico en el conjunto general, pero está ahí. Puede que algún día explote, puede que algún día fallen las barreras y salga a la luz y ese día, compadezco a quien esté cerca, porque si quiero ser mala puedo ser lo peor.