
En demasiadas ocasiones el hombre sobrevive en lugar de vivir; y en algunas incluso encuentra la muerte en vida. Te falta el aire que respiras, se han llevado tu corazón, tu vida ha dejado de tener sentido... son esos momentos, algunos más claros que otros y más intensos, en que tras suceder algo realmente importante parece que el corazón está abnegado a latir y nosotros, en cambio, sólo queremos que se pare y dejar de sufrir. Esta muerte en vida, presos de un dolor extremo a veces unido a la soledad, la frustración, la tristeza o la ira, es lo más horrible que puede ocurrir. No importa cuanto pase o cómo te sientas, sólo tienes una vida para vivirla y a veces, ésta se nos arrebata antes de que nuestro físico diga basta. Ya no queda nada por lo que seguir, nada por lo que vivir... sólo esperar a que la muerte física y real nos venga a buscar y descansar. Es tétrico, quizá subjetivo, quizá para muchos atroz o desmedido... pero sinceramente, hay momentos en que "la muerte en vida" es la definición más clara que podríamos dar de nuestra vida; y no todos tienen la suerte de superar esa etapa y volver a vivir.
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