Silencios que significan más que mil palabras, silencios que son mucho más de lo que podrían significar millones de conversaciones, más que imágenes o gestos. Silencios que son un mundo y que a veces pasan tan desapercibidos, que a veces ni siquiera son perceptibles para la mayoría de nosotros... Historias que no empezaron, sentimientos que nunca se contaron y momentos que nunca se vivieron. A veces, no somos lo que deberíamos, no arriesgamos, no decimos lo que sentimos y perdemos la oportunidad de vivir esos momentos, de crear esos recuerdos. Perdemos caminos en nuestra vida. Y muchas veces, resulta que aquello que callamos ahora ya no puede decirse, llegamos a momentos en que ya es demasiado tarde y lo que no dijimos en su momento, pereció. A veces... dejamos morir pedacitos de nosotros mismos por no arriesgar, a veces... sólo callamos.
Por todas esas veces que callé y no dije.
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