jueves, 14 de octubre de 2010

Mi ángel caído.


Otra vez tus manos, esas manos, en mi piel. Me estás tocando, como ansiaba volver a sentirte, como ansiaba ese roce, tu aliento, tus latidos... estás aquí, por fin. Siento tu lengua en mi cuello, como siempre estás tras de mí, a oscuras, y vas abrasando mi cuerpo, poco a poco, hasta que toda yo soy un fuego, algo incandescente que se consume, que se quema durante horas... y ahí estás tú, para apagarme, con tus manos, tus besos, tus caricias. Dios, ¡cómo te echaba de menos!
Y ahora... ese beso, esa mirada, ese momento... por fin estás aquí y yo sólo quiero estar contigo, otra vez, una vez más, para siempre, que no vuelvas a irte, poderme quedar a tu lado hasta perecer, hasta que el tiempo diga basta. No huyas, por favor, no me dejes. Déjame despertarme a tu lado, en tus brazos, aunque sólo sea una vez... tener constancia de que eres real, saber que no eres un sueño que se repite durante noches diferentes, saber que existes, que estás aquí, que no eres sólo parte de mi imaginación. Por favor, necesito saberlo. No hace falta que me ames, ni me prometas nada, ni siquiera quiero que te quedes para siempre, porque no lo harás... sólo dame una mñana, un despertar juntos, el saber que al menos esto no lo estoy soñando, que eres de verdad, que lo mejor que me ha pasado en la vida es real. Por favor.

Sólo me tocas, me besas y acaricias, nunca dices nada, nunca quieres nada más allá de mi placer, nunca me dejas tocarte, ni lamerte, no quieres que te diga nada, no me miras a los ojos y nunca me dejas encender la luz. ¿por qué? Quiero verte, hacerte feliz, saber que tú también estás disfrutando, aprovechar esas horas que me regalas, al menos disfrutar realmente de lo que me das, sabiendo que tu también eres feliz... por favor, déjame que...
- No querrías saber quién soy, ni hacerme feliz, no querrías que me quedara en tu cama, ni tampoco volver a verme. No querrías quererme, ni que te quisiera, ni saber mi nombre. No te importaría hacerme disfrutar.
- ¿pero por qué?
Un segundo. Ahí estabas tú, de pie, iluminado por primera vez, toda tu piel era casi blanca, toda completamente suave, sin un sólo punto dónde creciera el bello, tu cabello era corto, liso y de color oro, muy rubio, tus ojos completamente rojos, incendiados, como el fuego que creabas en mi piel... y unos colmillos enormes salían de tus labios, blancos, pétreos...
- ¿un vampiro? -susurré-.
- Ojalá... al menos podrías matarme con una estaca.
Entonces lo comprendí, tu manera de mirarme, tus ojos, tu piel... perfecto de pies a cabeza, pero abrasador, parecías matar con la mirada, y esa manera de ser... eras lo que yo siempre había deseado, lo que siempre había querido y estabas ahí.
- Eres tú, quién siempre quise... estás aquí.
- No entiendes nada.
- Sí, lo entiendo... ¿qué nombre quieres: Lucifer, Satanás, Belcebú, Baal? Eres el diablo, ¿no? El anticristo, la demostración de lo pecaminoso, lo horrible, lo prohibido... el placer carnal, la sangre, el odio... eres quién fue capaz de enfrentarse a Dios y por eso creaste tu propio mundo. Eres tú.
El diablo... esa imagen tentadora que siempre me había fascinado, y estaba ahí, frente a mí... y lo deseaba muchísimo más que la primera vez, deseaba estar con él para siempre, tenerle para mí... ser una pecadora sin escrúpulos, dejarme llevar por todo cuanto me apasionara y aprovechar esa vida mortal a su lado. Él sonrió, supongo que no se esperaba aquello y desapareció. Durante días lo llamé, supliqué e imploré, pero no acudió. A la vigésima noche, después de cortarme la piel y derramar sangre sobre mi cama, apareció, preocupado, curando mi herida y enfadado conmigo, pero había funcionado.
- Sólo quería verte, otra vez. Mata me si es necesario, pero llévame contigo.
Y sólo me besó la frente y me dejó dormir, y a la mañana siguiente, ahí estaba. A mi lado, acariciando mi pelo y sonriendo al despertar. Me cuida, me ama y me hace la mujer más feliz del mundo, él siempre será mi ángel caído de alas negras y colmillos que convirtió mi infierno de vida en el cielo que nunca podría haber imaginado.

[Sí, se me va la olla.. no me hagáis caso.]

No hay comentarios:

SOBRE EL CONTENIDO

No se permite la reproducción total o parcial y en ningún soporte y para fines comerciales, de ninguno de los textos de esta página, sin que medie la autorización del autor. Los textos de esta página son para uso personal de su autor, y en caso de que terceros los utilizaran total o parcialmente en cualquier publicación venal (bien virtual o por cualquier otro medio presente o futuro) se citará siempre la autoría y la fuente original, creando si fuere posible, un vínculo a la misma.Todo el contenido literario de este blog, salvo indicación expresa que se haga, es propiedad de Neus Cámara Gutiérrez.2009.