pesimismo.

En los últimos meses he intentado ser en la mayoría de horas, situaciones y problemas optimista. Buscarle todo el lado positivo a todo lo que me iba aconteciendo y aprovechar las cosas tal cual venían, buscando siempre un lado bueno, que debían tener de alguna forma. He de reconocer que cuando te tomas la vida así, todo va mejor, mucho mejor que cuando estás dentro del pozo y tu misma te niegas a mirar para arriba porque no quieres ver la luz. Igualmente, el optimismo no tiene porque cegarme, y que vea la cara buena de las cosas no significa que no me dé cuenta de la realidad, es decir, sigo siendo igual de realista.

La realidad es como es, y en este caso es cruel y superficial. Me pasa siempre que salen estos temas, ya sea en la universidad, en el encuentro en Zaragoza o con los amigos. Sexo, chicos... soy tal cual, a mi manera, quizá muy abierta, quizá muy tranquila. Algunos dicen que si tengo cerebro de hombre -puede que por mi manera de pensar sobre el sexo-, otros en cambio sueltan lo de "me encantaría que mi novia fuese como tú" y los que menos, me miran raro y suspiran, creen que no debería hablar así una "chica como yo". Sea como fuere, todos y cada uno, en algún momento oyen eso de ¿has visto alguna chica interesante? Da igual dónde sea, o cuándo, acontece... y siempre pasa absolutamente lo mismo. Sé perfectamente que ninguno de ellos verá mi imagen cuando piense en esa chica interesante que querría conocer, porque soy yo, y por mucho que pueda llegar a ofrecer, tengo una forma, una imagen, y no tengo edad ni esencia suficiente como para que sólo mi personalidad sea suficiente. Lo comprendo, pero eso no quita que no me duela. Me entran ganas de romper a llorar, porque soy absolutamente transparente, no me ven como a una mujer, sólo soy un amigo más, alguien que nunca entraría en ese saco. Y eso duele, duele muchísimo. Pero no importa, yo sólo sigo sonriendo, callando por dentro... esperando a que alguna vez, sólo una vez, alguien sea capaz de mirar más allá y vea lo que soy y lo que puedo dar, que no es que sea mucho, pero algo es. Al menos sé que cuando me enamore, lo daré todo y lucharé, cuidaré y aprovecharé eso al máximo, día a día... y me equivocaré las veces que haga falta, pero será de verdad, porque yo sólo quiero en serio, de verdad, con toda mi alma... y quizá eso sea lo que me haga tan especial.