lunes, 5 de abril de 2010

¿Cenicienta?



Cuentos de hadas. Sonrisas y lágrimas. Vestidos de colores, fantásticos, con vuelo, con mangas, largos, de encaje... coronas, pendientes, sortijas, collares, pulseras... zapatos de cristal, guantes de seda, maquillaje... Labios rojos. Sonrisas. Corazones que no paran de latir. Sueños y bailes que duran toda la noche. Sensación de estar en las nubes, de tener mariposas en el estómago, de volar sin alas...

Príncipe azul. Amor verdadero y para siempre. Un vivieron felices y comieron perdices. Sonrisas, cariño, dulzura, felicidad, romanticismo... un príncipe de cuento en toda regla, todo aquello que siempre deseamos... que siempre quisimos. La vida perfecta hecha relaidad.

Se truncó.

No hay vida perfecta, ni cuento de hadas, ni príncipe de cuento. No hay zapatito de cristal que te salve de perder al amor de tu vida, ni hada madrina que recomponga el vestido roto por la envidia de tus hermanastras, tampoco los ratoncitos de tu casa coserán el vestido mientras tu estés matándote a trabajar para alguien que ni siquiera recuerda que existes, más allá de lo mucho que le incordia tu presencia. No habrá boda feliz, ni principito perfecto que te salve, no hay alegría desbordante, ni ayuda divina en el último momento, no existe la justicia ni tampoco el sentido, no recibirás lo que hayas cosechado y no tendrás exactamente lo que te merezcas. No hay un mañana increíble que borre una vida de suplicio en un beso, ni un momento especial que pueda quitar todo el dolor que durante años has aguantado bajo la piel. No hay amor verdadero, ni final feliz de cuento de hadas.

Sencillamente tienes: tu vida. Que será tal cual la vivas y la experimentes. Será todo a base de azar, destino y suerte, a parte, obviamente de tus propias decisiones, pero esas no podrán cambiar la reacción o la manera de ser de otras personas que en mayor o menor grado importarán en tu vida. No podrás elegir los padres, ni la familia, tampoco dónde te ha tocado nacer o en qué condiciones, no podrás cambiar la época, ni el pensamiento de mucha gente que te rodea... podrás cambiar tu mundo, tu manera de ser e intentar dialogar con los que más te importan. Podrás aprender de tus errores, pero no evitarlos. Podrás elegir entre diferentes caminos y direcciones, podrás retroceder y cambiar de opinión, de lugar... pero seguirás siento tú, y seguirás dependiendo de ti sólo hasta cierto punto. Podrás dar marcha atrás a un romance, pedir perdón o poner punto y final, pero no podrás cambiar el sentimiento interior de que nunca vales tanto para los demás, como ellos para ti. Podrás elegir tu pareja, el número de hijos, la carrera profesional o la casa donde vivas, pero no los compañeros de clase, de trabajo, los vecinos o el carácter y la genética d tus hijos.

Podrás elegir si quieres vivir o no felizmente tu vida y si das gracias por lo mucho que tienes, o te lamentas y cabreas por lo que te falta... pero eso no cambiará que sea como te ha tocado.

Yo... dejé caer ese zapatito de cristal hace mucho, quizá esperando un principito, o quizá esperando sencillamente a alguien que me quiera y me comprenda, alguien con quien compartir mi vida, a las duras y a las maduras, y que al final, en resumen, sea algo feliz y de lo que estar orgulloso.

Yo eligo vivirla feliz, ¿y tú?

No hay comentarios:

SOBRE EL CONTENIDO

No se permite la reproducción total o parcial y en ningún soporte y para fines comerciales, de ninguno de los textos de esta página, sin que medie la autorización del autor. Los textos de esta página son para uso personal de su autor, y en caso de que terceros los utilizaran total o parcialmente en cualquier publicación venal (bien virtual o por cualquier otro medio presente o futuro) se citará siempre la autoría y la fuente original, creando si fuere posible, un vínculo a la misma.Todo el contenido literario de este blog, salvo indicación expresa que se haga, es propiedad de Neus Cámara Gutiérrez.2009.